El servicio de la Xunta ofrece menús saludables elaborados por Culinaria a 2.500 gallegos
29 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cada día, miles de gallegos mayores o en situación de dependencia se encuentran, al abrir la puerta de su casa, con un plato de comida caliente adaptado específicamente a sus necesidades nutricionales que viene acompañado de la sonrisa del repartidor que lo entrega, un gesto que para muchos anticipa el que será su único contacto personal de la jornada. Así es el servicio de apoyo alimentario que ofrece Xantar na casa, un programa gestionado por la Xunta en colaboración con los ayuntamientos adscritos a esta iniciativa que tiene como finalidad mejorar la calidad de vida y la autonomía de sus usuarios mediante atención alimentaria garantizada los 365 días del año.
La compañía gallega Culinaria, con sede en Silleda (Pontevedra), es la encargada de lograr que todo esto sea posible. Sus más de 20 años de experiencia en el sector de la nutrición y su apuesta por la cocina tradicional, elaborada con productos de proximidad, avalan un trabajo de calidad con clara vocación de servicio. «Atendemos a personas que, en muchos casos, viven solas y para las que se les haría muy complicado permanecer en sus casas sin esta asistencia. Además, en caso de que no tengan nevera o microondas, nosotros se los proporcionamos», explica el director de Culinaria, Jacobo Durán. «También les hacemos un seguimiento y, si el repartidor ve que hay algún signo de decaimiento en el estado de salud, avisa directamente a los servicios sociales», indica el empresario.
Toda esta atención personalizada se traduce en una labor de enorme complejidad logística: cada día, Culinaria prepara 7.000 menús con más de 300 variantes dietéticas adaptadas a las necesidades de cada usuario, que luego reparte a más de 2.500 personas en 180 concellos, muchos de ellos rurales. Y estas cifras no han dejado de aumentar, ya que el crecimiento del número de usuarios es del 10 % anual, lo que ha llevado a la empresa a prever que para el 2027 los beneficiarios superarán los 3.000.
Para llevar a cabo esta tarea, el departamento de nutrición de Culinaria, del que es responsable María José Maceira, tiene en cuenta los informes que les hacen llegar los servicios sociales de cada ayuntamiento. «Con esa información determinamos a dieta que lle corresponde a cada usuario, sempre tendo en conta as recomendacións xerais da alimentación saudable e as receitas tradicionais que eles poderían ter feito na casa», expone Maceira. «Pero non só formamos parte dun servizo moi importante como é o da alimentación. Tamén facemos unha certa intervención social, porque en moitos casos o repartidor é a única persoa coa que os usuarios falan en toda a semana», señala la nutricionista.
El enorme impacto positivo de este programa lo evidencian casos como el de Eduardo Fariña, vecino de Sada y paciente de hemodiálisis, quien valora especialmente que, gracias a la dieta que sigue con Xantar na casa, puede tener su salud mucho más controlada. «A min este servizo faime moito ben, porque teño unha discapacidade do 60 %. Permíteme ser bastante independente», explica este sadense de 80 años, que decidió acceder al programa hace dos años. «Eu, ademais, vivo só, polo que falar coa rapaza que me leva a comida sempre é reconfortante», apunta Eduardo.
Para José Carabel, también vecino de Sada, Xantar na casa representa igualmente una manera de mantener su independencia. «La comida está bastante bien y no tengo que andar cocinando», expresa. «También estoy muy contento con la repartidora, Andrea, que es una auténtica maravilla. Siempre es agradable tener alguien con quien charlar un poco», manifiesta este usuario de 87 años, que lleva cuatro disfrutando del servicio de la Xunta tras recomendárselo un amigo.
Otro caso en el que Xantar na casa se convierte en una fuente de autonomía es el del burelés Cosme Otero, de 62 años, qu pertenece a una familia en la que él y otros tres miembros hacen uso de este programa, aunque en dos viviendas diferentes. Sus hermanos y su madre ya lo utilizaban desde hacía tiempo y él ha sido el último en incorporarse. «Decidimos pedilo porque a miña muller máis eu temos unha discapacidade. A verdade é que estamos moi contentos co servizo. Ademais, o menú está adaptado á nosa vida», resalta Cosme.