El Villa de Pitanxo llevaba trajes de supervivencia caducados y cascos de moto y de obra para la seguridad de la tripulación

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

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Tensión a la ida, barbacoa a la vuelta. A Juan Enrique Padín le precede su reputación de patrón duro. Lo retratan tripulantes que estuvieron a sus órdenes en los años que permaneció al frente del Villa de Pitanxo. Persona dura en exceso que no duda en aplicar un régimen espartano con jornadas de trabajo de 20 horas y con malas formas. Esas mismas personas que lo retratan con conocimiento de causa por haber trabajado junto a él, añaden que solo se relajaba al regresar de las mareas, con las bodegas llenas de pescado. Entonces, a modo de compensación, hacía barbacoas en la cubierta; como esta, donde Padín está en la parrilla.
Tensión a la ida, barbacoa a la vuelta. A Juan Enrique Padín le precede su reputación de patrón duro. Lo retratan tripulantes que estuvieron a sus órdenes en los años que permaneció al frente del Villa de Pitanxo. Persona dura en exceso que no duda en aplicar un régimen espartano con jornadas de trabajo de 20 horas y con malas formas. Esas mismas personas que lo retratan con conocimiento de causa por haber trabajado junto a él, añaden que solo se relajaba al regresar de las mareas, con las bodegas llenas de pescado. Entonces, a modo de compensación, hacía barbacoas en la cubierta; como esta, donde Padín está en la parrilla.

Los peritos revelan que la armadora «simulaba el mantenimiento» de las prendas de seguridad en algún emplazamiento en tierra

03 feb 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Los tripulantes del Villa de Pitanxo caminaban sobre el filo de la navaja por la seguridad laboral aplicada por su empresa, Pesquerías Nores, y tolerada por el máximo responsable a bordo, el patrón, Juan Enrique


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