Álvaro Mutis recogió el Cervantes de manos del Rey en un acto marcado por la brevedad

MIGUEL LORENCI. Colpisa MADRID

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ANDREA COMAS

El padre de Maqroll, el gaviero, expresó su «veneración» por el autor de «El Quijote» Lo bueno si breve, dos veces bueno. Lo sabe bien el último premio Cervantes, el colombiano Álvaro Mutis (Bogotá, 1923), que en el Día del Libro recogió el más alto galardón de las letras españolas de manos del Rey Juan Carlos en el paraninfo de la Universidad de Alcalá y honrando la memoria de Cervantes en su propia tierra. Tres folios leídos en apenas siete minutos constituyeron el medido discurso de Mutis, plagado de referencias a Cervantes y Alonso Quijano. Las referencias a Maqroll, el universal gaviero de Mutis y espina dorsal de su obra, llegaron luego en los discursos del Rey y de la ministra Pilar del Castillo.

23 abr 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

La brevedad y la agilidad que Mutis se impuso se contagiaron a la solemne ceremonia de entrega, la más rápida de los últimos años, y a la que se sumaron el presidente del Gobierno, José María Aznar, y su esposa, Ana Botella. A las doce y doce minutos llegaban al centenario paraninfo alcalaíno Sus Majestades, a quienes Mutis esperaba paciente. Se abría con su llegada una ceremonia para la que bastaron cuarenta minutos y en la que no abundaban escritores y académicos. El Chileno Jorge Edwards, Cervantes del 2000, fue el único colega que arropó a Mutis. Tras recoger de manos del Rey la medalla que le acreditan como ganador del Cervantes y sus quince millones de pesetas de bolsa, un Mutis ataviado con el preceptivo chaqué ascendió parsimonioso al estrado. En apenas siete minutos, Mutis leyó uno de los discurso más breves de los 25 años de historia del galardón. Cervantes, don Quijote y Sancho fueron protagonistas de una alocución en la que Mutis agradeció a España el premio. Recordó Mutis cómo jamás se ganó el pan con sus escritos y aseguro que obtener el Cervantes para su obra «me la entrega identificada con mi propio destino». Disponer del Cervantes, dijo, galardón que sumaba al Príncipe de Asturias de la Letras y al Reina Sofía de poesía, «viene a confirmar la relación esencial que he tenido toda la vida con la patria de mis antepasados gaditanos». No hizo una sola referencia a Maqroll, el gaviero de oscuro origen y pasaporte chipriota, alma de su obra y un ausente muy presente en la ceremonia. Renovó, Mutis su «veneración indeclinable y cada día más cálida por la persona y la obra de Miguel de Cervantes». «Es difícil encontrar en la historia de las letras de Occidente un destino más adverso, más sembrado de injusticias, olvidos y amargos altibajos que el que tuvo que padecer el entrañable autor de una obra literaria incomparable y luminosa», aseguró el padre de Maqroll.