El ambicioso proyecto Las ínsulas extrañas (Círculo de Lectores / Galaxia Gutenberg) es al fin una realidad. El reto de elaborar una antología de la poesía escrita en español entre los años 1950 y 2000 parecía, hace cinco años, una tarea titánica, pero el libro se presentó por fin ayer en Madrid. El acto venía espoleado por la polémica, puesto que un sector de la crítica no comprendía que se hubiera prescindido de autores como José Hierro, Álvaro Mutis (ambos recientes ganadores del Premio Cervantes), Mario Benedetti o Leopoldo Panero. Eduardo Milán, Andrés Sánchez Robayna y Blanca Varela, responsables de la antología (además de José Ángel Valente, fallecido hace dos años), comparecieron ayer en la Residencia de Estudiantes dispuestos a defender con uñas y dientes sus métodos de selección. «El único criterio ha sido el de privilegiar a los autores que, a nuestro criterio, han representado una renovación del lenguaje poético», explicó el poeta canario Sánchez Robayna, visiblemente contrariado por las críticas recibidas. A continuación, tiró con dardo: «Se ha dicho que aquí hay exclusiones notables, y que se han primado los poetas metafísicos frente a los realistas. Estos comentarios han sido originados por parte de los propios excluidos». El poeta cargó también contra los críticos: «Hay una enorme confusión de valores literarios en la crítica poética. Por esa inercia, ciertos autores han alcanzado un crédito que, a nuestro juicio, es insostenible». Los que sí están Los antólogos pidieron que no se prestara tanta atención a las exclusiones y sí a «las inclusiones». Así, entre los 99 que sí están presentes en este volumen cercano a las mil páginas, figuran Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda, Miguel Hernández, José Lezama Lima, Octavio Paz, Pere Gimferrer, Antonio Colinas... La antología recoge también versos de sus cuatro autores y del poeta coruñés César Antonio Molina, director del Círculo de Bellas Artes.