La cantante Britney Spears protagonizará una campaña televisiva financiada por las principales productoras discográficas para tratar de concienciar a los estadounidenses sobre los perjuicios que les causa la piratería musical. Según la industria discográfica, cuyas ventas descendieron en el 2001 un 5% por la proliferación de copias ilegales, cada mes se piratean a través de Internet más de dos mil millones de archivos musicales. En los anuncios, Spears transmitirá la idea de que piratear un CD es igual que entrar en un establecimiento y robarlo. Aunque no aparecerán físicamente en los anuncios, la campaña cuenta con el respaldo de otras celebridades como Eminem, Madonna, Elton John, Sting, Phil Collins o Luciano Pavarotti. La iniciativa ha conseguido además el respaldo de multinacionales como Bertelsmann, BMG, EMI, AOL Time Warner, Vivendi Universal o Sony y de otros colectivos como la Asociación por la independencia de la música o la Asociación de músicos cristianos. La campaña es el último intento de las discográficas por detener un fenómeno que se inició con Napster, pero que en la actualidad parece imposible de detener a la vista de los innumerables imitadores que le han salido a aquel portal, incluidos Morpheus, MusicCity, Grokster o Kazaa. Además de campañas de publicidad y denuncias en los tribunales, las multinacionales han decidido defenderse con otros métodos más expeditivos. El más conocido es el denominado spoofing , en función del cual hacen circular archivos musicales aparentemente normales, pero que cuando se abren están vacíos o funcionan de manera incorrecta, para tratar de hacer desistir a las personas que piratean.