Manel Fuentes: «Huyo de la certeza absoluta»

Mercedes Rodríguez MADRID

TELEVISIÓN

El presentador de «La noche de Fuentes y Cia» disfruta de un tercer premio Ondas con una perspectiva humilde que explica su éxito en el trabajo en equipo

10 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

A sus 31 años, Manel Fuentes acumula ya tres premios Ondas. Las dos primeras estatuillas las consiguió por dos programas radiofónicos en Cataluña, Problemas domésticos (RAC-1) y Una pregunta más (Cataluña Radio). La tercera la ha logrado la semana pasada con La noche con Fuentes y Cía , espacio de Globomedia que emite Telecinco en la noche de los domingos. Antes de sus participaciones en Crónicas marcianas , espacio que le abrió las puertas de la televisión, había indagado en el medio estadounidense para buscar cómo se podía poner en práctica su visión irónica de la actualidad y la fina socarronería frente al periodismo tradicional. Se puede decir que es un triunfador, pero huye de las etiquetas. -¿Cómo se siente con tres Ondas? -Agradecido y afortunado. Me lo ha permitido el equipo con el que trabajo, porque sin ellos uno sería menos bueno de lo que parece. -¿Qué cree que han valorado a la hora de premiar un programa como «La noche con Fuentes y Cía»? -En el premio reza que por renovar el género de la entrevista en televisión y hacer un programa de entretenimiento de otra manera. También creo que por todos los invitados que han pasado por el programa porque han venido personas de una gran humanidad. -Pero le faltan dos invitados por traer que siempre menciona... -Sí, el Rey y Bruce Springsteen parece que no se animan. Pero Bruce nos dedicó una canción en su concierto de Barcelona, La noche , que es sintonía del programa. -Usted tuvo muy claro desde que empezó qué dirección iba a tomar... -Sí, he procurado mantenerme fiel a mis convicciones respecto al medio y luego he tenido compañeros de viaje que las han hecho posible. A mí me asusta haber tenido las cosas claras desde un principio porque conviene ponerse en duda muchas veces. Huyo de las certezas absolutas pero el motor de mi ilusión, el modelo en el que creía, se asemeja mucho al que hago hoy.