Matt Dillon, delante y detrás de la cámara en «La ciudad de los fantasmas»
TELEVISIÓN
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La película narra la relación de un delincuente neoyorquino con un experimentado estafador El actor contó con Barry Gifford como guionista para este «thriller» personal y diferente
02 ene 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Cuenta Matt Dillon que fue durante un viaje a Camboya en 1993 cuando decidió afrontar un guión que finalmente se titularía La ciudad de los fantasmas con la colaboración del escritor y también guionista Barry Gifford, cuyos textos dieron lugar a películas como Corazón Salvaje (David Lynch) o Perdita Durango (Álex de la Iglesia), entre otros títulos. Dillon buscaba un merecido descanso después de tres agotadores rodajes consecutivos y quedó fascinado por el ambiente que encontró, primero en Tailandia y después en Camboya: le extrañó que hubiera occidentales que se retiraban a vivir allí sin saber muy bien la razón para hacerlo. Comenzó la preparación de la película cinco años antes y buscó los consejos, sobre todo de Coppola pero también de John Millius, aunque previamente, el actor se puso tras las cámaras en 1999 para filmar un capítulo de la teleserie carcelaria de la HBO, Oz . Lograda la financiación, un equipo multiétnico compuesto por norteamericanos, israelíes, australianos, tailandeses y camboyanos se trasladó a Phnom Penh para ubicar en sus calles y tugurios buena parte de la trama que recrea la película. Matt encarna a un delincuente neoyorquino que tiene por socio a su mentor y casi un padre para él (James Caan), un experimentado estafador que le enseña todos los secretos de su profesión. Pero un día, este comete una estafa de gran calado y elige la huida del país llevándose la totalidad del botín. Decepcionado, su discípulo decide ir en su busca, recalando en la misteriosa Camboya. Acabará dando con su objetivo, que inmediatamente va a ser secuestrado pidiendo un fuerte rescate por su vida. El personaje de Matt, que en el fondo aprecia al sinvergüenza que le timó, comenzará a buscarlo sobre todo después de recibir como prenda uno de sus pies... Personajes atípicos Como es habitual en Gifford, la trama está poblada de personajes de lo más raro y atípico, que contribuyen a dar a la película un toque radicalmente diferente al modelo de thriller que ahora mismo puebla las pantallas, y que a juicio de la crítica internacional guarda una estrecha relación con el cine de David Lynch. Entre esos personajes, destacan el peculiar y siempre con mala uva director de hotelucho que encarna Gerard Depardieu; la arqueóloga empeñada en redimir al protagonista, en la piel de la espectacular Natascha McElhone; o el complejo y desconcertante delincuente que encarna el nórdico Stellan Skarsgaard. Entre las anécdotas a destacar sobre la producción del filme, destaca el hecho de que nunca hasta su rodaje, los equipos cinematográficos norteamericanos habían filmado en territorio camboyano desde que a principios de los sesenta, Richard Brooks realizara su versión de Joseph Conrad, Lord Jim .