QUE CONTINÚA siendo un animal televisivo, no hay duda. José María Íñigo, un histórico de la televisión que es parte de la memoria de varias generaciones de españoles, vuelve a La Primera con un programa propio, el late night Carta de ajuste . Su retorno se produjo a tiempo parcial en la pasada temporada como parte de El show de Flo , que finalmente no cuajó. Íñigo tenía a su cargo una sección nostálgica que buceaba en los nutridos archivos de TVE. Con esa línea y tres horas de programa, el icono de Estudio abierto o Directísimo , de cuando la audiencia era única y éramos muchos millones los que le seguíamos, intenta volver por sus fueros. Lo primero que evidencia Carta de ajuste es que en televisión (casi) todo está inventado. Su formato no es original. Será en el tono, en los temas y en los tiermpos, donde tendrá su mejor recurso para hacerse con el pastel que a esa misma hora se comen en Tele 5 Sardá y sus Crónicas... Se llevó a Wyoming, a Lina Morgan y a Mercedes Milá, con la coartada de suculentas imágenes retrospectivas. A esa hora hay un target que pasa de la marabunta gritona de Sardá (zappeando asomó el Lequio opinando, qué horror...), y quizá se sienta cómodo con Íñigo. Lo tendrá complicado porque corren otros tiempos y el olor a naftalina se puede hacer insoportable. A ver.