Houellebecq: «El mundo no es un lugar bueno ni bien organizado»

E. Gancedo LEÓN

TELEVISIÓN

RAMIRO

El escritor aboga por explorar las posibilidades de la clonación, tema de su última novela Fernando Arrabal entregó al polémico autor francés el premio Leteo en el Auditorio de León

10 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Para los miembros del joven y muy activo Club Cultural Leteo, el premio otorgado ayer al escritor francés Michel Houellebecq tiene «la misma valía» que los anteriormente concedidos a Antonio Gamoneda, Belén Gopegui, Gonzalo Rojas y Fernando Arrabal, pese a que el revuelo mediático ha sido, en esta ocasión, considerablemente mayor. El imprevisible Fernando Arrabal fue el encargado de hacer entrega de este quinto galardón a Houellebecq, un autor de frágil apariencia que ya lleva vendidos en su país natal más de 200.000 ejemplares de su última novela, La posibilidad de una isla (en España, editada por Alfaguara). También poeta y ensayista, el galo -siempre acompañado de su perro y de sus cigarrillos- compartió con Arrabal un encuentro con los medios de comunicación que no siempre transcurrió por los cauces de la lógica: Arrabal se pasó buena parte del tiempo dibujando en unos papeles y su compañero lo miraba todo con aire distraído: o bien contestaban con monosílabos o hilaban largas y lentamente pronunciadas disertaciones. En unos primeros momentos, el autor de Plataforma se vio «incapaz» de contar cuál era el argumento de su nueva novela, La posibilidad de una isla . «Ni siquiera puedo hacer las sinopsis de mis novelas para las contraportadas». Y aclaraba: «Escribo porque no sé hablar muy bien». Así que tan sólo acertó a decir que se trataba «de una crítica implícita al budismo». Preguntado más tarde qué aspectos del budismo le parecían criticables, el literato dijo que ninguno; pero que exponía en su libro la experiencia de personas que no habían hallado «soluciones» en el budismo: «Encuentran la paz, sí; pero es una paz triste», explicó. Muy crítico Houellebecq abogó por explorar las posibilidades de la clonación, tema de su última novela, y arremetió contra la actual situación del planeta: «El mundo no es un lugar bueno ni bien organizado». Tras hablar posteriormente de temas relacionados con la inmigración, el francés hizo una decidida defensa del género biográfico (entendido como «conjunto de diálogos»), del que se declaró «último representante», y refirió también su incapacidad como autor teatral: «No sé cómo hacer hablar a los personajes». Recordó que una vez había asistido a un curso para escribir teatro y que allí había visto una literatura «nula». Pero Arrabal defendió el género: Los dramaturgos han escrito algunas de las mejores novelas del siglo XX».