King y Kong

MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ

TELEVISIÓN

16 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

NADA HAY peor que el empacho. El King Kong del neozelandés Peter Jackson es una excelente película, en las antípodas de esas montañas rusas que Hollywood factura para rascarnos el bolsillo a base de atronarnos los oídos y de marearnos la vista. Ahora bien, el sucursalismo practicado por las televisiones adquiere dimensiones en el límite del delirio. Informativos, espacios cinematográficos, la falsa coartada del «así se hizo» y naturalmente los anuncios pagados nos meten en la sopa al bestia-gorila y su enternecedora historia con la bella-actriz. Anticipar su estreno a la noche del martes 13, es parte de la estrategia para alejarse de los demás estrenos, que a las pantallas españolas llegan en viernes. Por si no bastara, Antena 3 se marca el tanto de dar hoy el voluntarioso King Kong que John Guillermin realizó en 1973, nada comparable al de Jackson, aunque en aquella el simio no se andaba con remilgos y nos regalaba un pezón de Jessica Lange, ahora una anécdota ridícula, pero que entonces era la leche, considerando que la censura franquista nos tenía a todos por una banda de cinéfilos reprimidos¿ Lo injusto es que películas en cartel como Match Point, La cosecha de hielo, El niño, El jardinero fiel, Oliver Twist o Las crónicas de Narnia, de diferente pelaje e interés, o las estrenadas ayer, como son Lutero y Siete espadas , se vean privadas del premio televisivo. La ley del más fuerte (perdón, del dólar ) es legítima, pero la mesura y la equidad nunca sobran.