«Me encanta volver a estar rodeada de gente joven»

Mercedes Rodríguez COLPISA

TELEVISIÓN

Esta veterana de la escena trabaja en la serie «El internado», donde da vida a una gobernanta con un pasado secreto

27 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Esta formidable veterana de la escena, que fue uno de los rostros indispensables en las series de la televisión en blanco y negro, protagonista de los títulos más señeros del teatro español, se encuentra como pez en el agua con los adolescentes que la rodean en las grabaciones de El internado (Antena 3). Para todos tiene una palabra amable, de apoyo. Amparo Baró, que en septiembre cumplirá 70 años, mantiene su vitalidad y optimismo ante la vida; y ha vuelto a la televisión «por gusto», a una serie bien armada, después su regocijante despedida en 7 vidas, donde dejó un buen sabor de boca con Sole, la de las collejas. -¿ Qué la ha movido a volver a la televisión tras la sonada despedida de «7 vidas»? -Era muy difícil que volviera porque fue una etapa estupenda para mí. Pero a los pocos meses me llamó Daniel Écija (productor de Globomedia) y fue muy complicado sustraerme a sus requerimientos. -Ahora recrea a la gobernanta, una mujer de carácter, otro registro muy distinto al de Sole... -Como casi todos los personajes no es lo que parece, tiene muchos matices que se verán. La gobernanta ha tenido que hacerse la dura para defenderse, eso le pasa a todos los seres humanos. Es un personaje herido por algo que todavía no se va a saber. No tiene nada que ver con otros trabajos que he hecho en la televisión. -A usted la recuerdan mucho por Sole y en esta serie la gente aún espera verla dar collejas... -Hace dos días que unos chicos me pidieron por la calle que les diera una colleja. Puede confundir algo al espectador, pero espero que la audiencia se sitúe. -Y usted no puede vivir sin trabajar... -Fíjate que sí. Me ha ilusionado esta serie, que tiene una estética de película, y me gusta volver a estar rodeada de gente joven con la que me divierto, a la que entiendo. Pero yo puedo estar perfectamente sin trabajar. Me lo paso bárbaro, leo, descubro cosas nuevas porque tengo curiosidad. Me preguntaron el otro día qué era lo que odiaba más y contesté que no saber lo que pasará dentro de 50 años. Yo soy una entusiasta de la vida. Al final trabajo porque tira la vocación. Son 50 años de oficio; he tenido suerte, me he merecido permitirme económicamente estar sin trabajar hasta que me muera. Sin comprarme yates, claro. - Está en televisión desde los tiempos de «Estudio 1». ¿Ve con nostalgia el pasado?? -No. Aquellos fueron unos tiempos bastante heroicos. Se hacían muchos esfuerzos para conseguir hacer buen teatro y buenas series. Empecé con una de Jaime de Armiñán, luego con Marsillach. La televisión se llenó de espléndidos actores de teatro. Y no miro aquello con melancolía, sólo recuerdo la gran escuela que se creó. Ahora hacemos una televisión que por cierto es muy aceptable y hablo sólo de las series, no de otros programas porque yo tengo los canales digitales y me gustan mucho las series norteamericanas. Allí son unos maestros, hacen unos guiones maravillosos, que son la base de todo. - No es melancólica... -Sólo tengo nostalgia de mi madre, de nada más. El paso del tiempo lo llevo bien porque afortunadamente no tengo achaques. Lo único que pido es que cuando me tenga que tocar no dé la lata a nadie.