Una historia de ambiciones rotas

Miguel Anxo Fernández

TELEVISIÓN

17 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

V Televisión continúa con su apuesta por el cine de calidad para la noche de los viernes y hoy emitirá, a las 22.00 horas, R équiem por un sueño, en la que la veterana Ellen Burstyn, galardonada con un Oscar en 1974 por Alicia ya no vive aquí a las órdenes de Martin Scorsese, revivió en su grandeza como actriz cuando protagonizó en el año 2000 este intenso drama, que a sus 68 años le situó de nuevo en la carrera del Oscar (injustamente arrebatado por Julia Roberts en Erin Brockovich ) además de aspirar al Globo de Oro y al premio del Sindicato de Actores.

Burstyn resuelve con maestría su papel de madre desequilibrada con un único objetivo vital, aparecer en su programa televisivo favorito para lo que procurará buscar una apariencia física adecuada sometiéndose a una fuerte dieta de adelgazamiento a base de pastillas.

Su hijo (Jared Leto) tampoco luce trazos de ejemplarizante, en parte por su propia deserción materna. Realmente es un camello que junto a su novia (Jennifer Connelly) y un amigo común (Marlon Wayans) querrán hacerse ricos vendiendo droga a mayor escala.

Como podrá suponerse, esa meta no parece fácil y habrán de pagar un alto precio por ella, quizá el de convertirse en patéticos yonquis. Dos infiernos frente a frente reflejados con gran realismo, el de la adicción y el de los sueños rotos en un ambiente sórdido y brutal que no deja indiferente al espectador, sobre todo en los últimos veinte minutos, realmente intensos y casi espeluznantes. Secuencias de gran dureza alternan con otras con una clara voluntad de huir de la rutina formal para servir una propuesta narrativa y visual distante de la convención.

La película, que logró el respaldo general de la crítica (aunque algunos sectores la califican de pretenciosa), se haría con la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid, además de otros premios que al mismo tiempo consolidaban el prestigio del director Darren Aronofsky. Había debutado en 1998 con Pi para completar su filmografía con títulos tan personales como La fuente de la vida (2006), la resurrección profesional del actor Mickey Rourke en El luchador (2008) y recientemente Black Swan presentada en Venecia con gran éxito.

?Realismo sucio

Su propuesta para Réquiem por un sueño es también una ácida reflexión sobre el sueño americano y los monstruos que genera, a partir de una novela de Hubert Selby Jr., que colabora en el guión junto al propio Aronofsky.

Es de esos filmes muy poco complacientes, que algunos califican de realismo sucio, que no se pliega a la coartada del mercado y que en su estreno norteamericano se destinó al público adulto a través de una R de restricted para los más jóvenes.