La serie, centrada en los habitantes de los suburbios de Río, tuvo 50 millones de espectadores en su último episodio
03 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La telenovela que paralizó Brasil llega el lunes a la programación de Cuatro. El último episodio de Avenida Brasil, emitido el 26 de octubre del 2012 en su país, fue seguido por 50 millones de personas (84 % de cuota de pantalla), entre ellas la propia presidenta, Dilma Rousseff, que no dudó en modificar la agenda de actos políticos para poder seguir el desenlace.
Divertidas tramas protagonizadas por los habitantes de los suburbios de Río de Janeiro, con los que una gran parte de la población se identificó, fueron la clave del éxito de Avenida Brasil. Un cóctel de misterio, maldad y venganza trenzado por João Emanuel Carneiro, guionista de la película Estación Central de Brasil (Oso de Oro en Berlín, Globo de Oro y nominada al Óscar), convirtió a la telenovela en un fenómeno sociológico en su país.
La serie cuenta la historia de Nina, una niña abandonada a su suerte en las calles de Río de Janeiro y rescatada por una familia argentina de un vertedero. A diferencia de la gran mayoría de las telenovelas brasileñas, Avenida Brasil, el eje que atraviesa gran parte de la ciudad de Río, centra su historia en personajes de clase media y baja, lo que le dio desde un principio una gran popularidad.
Las tramas de la serie, ilustrada con una banda sonora en la que aparecen temas de Coldplay, Katy Perry o Shakira, arrancan cuando Nina, interpretada por Debora Falabella, busca en su mayoría de edad explicaciones y venganza ante la fría y ambiciosa Carmina (Adriana Esteves), quien la arrojó de niña a un vertedero, una misión en la cual contará con la ayuda de Jorge (Caua Reymond).
Con esta serie la productora brasileña Globo estableció un récord de comercialización internacional al vender sus derechos de emisión a cadenas de 125 países.
Un éxito que Debora Falabella «no imaginaba» y que atribuye a que «las familias son muy parecidas en cualquier parte del mundo», y a que es «una historia de amor y de venganza, que son temas universales». «Una buena historia, muy bien contada, tiene ingredientes para conquistar a audiencias del mundo entero», comenta a Efe. Para Caua Reymond, el éxito estriba en que, partiendo de la tradición de buenas historias y elencos del género en América, la tecnología les ha permitido salir de los platós y trasladarse a las calles.