¿Cómo olían Hitler, Stalin y las otras grandes figuras de la II Guerra Mundial?

EFE

TELEVISIÓN

Una exposición recrea las fragancias de los grandes líderes de la historia

11 sep 2014 . Actualizado a las 18:21 h.

Stalin olía a agua de colonia Troinói, Churchill a tabaco y whisky, Roosevelt a maderas y Hitler a cuero, y todos ellos comparten el aroma a pimienta negra que simboliza la pólvora de la guerra en una exposición que recrea los olores de los estadistas que vehiculan la serie televisiva Un mundo en guerra.

Canal Historia estrena el próximo lunes esta producción de seis capítulos centrada en los protagonistas de los hechos históricos que se dieron entre las dos guerras mundiales, bajo la premisa de que ambos conflictos conformaron uno solo que se prolongó durante más de 30 años.

Así lo cree el historiador Felipe Botaya, especialista en la Segunda Guerra Mundial y que ha llevado a esta serie los aspectos «más sorprendentes y rompedores» de los hombres que se foguearon en las trincheras y después lideraron el mundo, basándose en su vida privada y saltando sobre «los esquemas habituales» acerca de ellos.

De las «dicotomías» de un Hitler enamorado de la arquitectura y la pintura, del Roosevelt «mujeriego» e impedido que nunca permitió ser visto en público en silla de ruedas, o del «espíritu samurái» de Tojo, el general japonés que planeó el ataque a Pearl Harbor, se ha servido la perfumista Mónica Ceño para componer los olores de la exposición «Los perfumes de la historia».

La muestra, con la que Movistar TV arropa el estreno de «Un mundo en guerra» y que puede verse en su sede de la Gran Vía madrileña hasta el 21 de septiembre, intenta «traducir en esencias el carácter de estos personajes, buscando una metáfora también de su época histórica», ha explicado la perfumista y licenciada en Historia del Arte.

El aroma más complicado fue el de Hitler, quien «detestaba los perfumes» y que ahora ha acabado por «oler» a cuero «por los uniformes y las botas de la SS»; también a incienso, «como homenaje a sus víctimas», y a pimienta negra, «para recrear la pólvora y por cómo debían oler las trincheras», explica la perfumista.

La pimienta negra se repite en algunas de las recreaciones olfativas de Mónica Ceño, que lo ha tenido más fácil con Stalin, uno de los grandes forjadores del comunismo, a quien fascinaba el agua de colonia masculina Troinói, importada a Rusia por Napoleón Bonaparte y a la que se ha añadido bayas de enebro para recrear la estepa siberiana.

El primer ministro británico Winston Churchill tenía también su propio perfume, Tabarone, creado especialmente para él en base al tabaco, un aroma tan característico como los puros que se asocian a su imagen y al que se han añadido toques de whisky y aromas frutales.

Franklin D. Roosevelt, presidente de EE.UU. entre 1933 y 1941, tenía «una gran vida social y bebía martinis continuamente», ha explicado el historiador, aunque su perfume remite a los bosques de cedros, pinos y hayas para recrear los valores de América y el viejo Nueva York, mientras el general Tojo olería a una «minimalista» fragancia de té verde, austera como su figura, apunta la perfumista.

En el caso del personaje «excesivo, histriónico e intenso» que fue el dictador italiano Benito Mussolini ha recurrido a los olores de su tierra: la bergamota, la mandarina, la naranja amarga o el limón.

Mónica Caño, que ha descrito su lugar de trabajo «como el laboratorio de la serie Breaking Bad, pero con aromas», ha confesado sus «remordimientos» a la hora de crear un perfume asociado a la figura de Hitler, una sensación que encuadra en la «dicotomía» de observar, por ejemplo, «las acuarelas que era capaz de pintar».

Esos detalles «menos conocidos para el gran público» son los que resalta Felipe Botaya sobre una serie rodada en localizaciones reales de Europa y EE.UU., que se estrena en el año en el que se cumple el centenario de la Primera Guerra Mundial y el 75 aniversario del inicio de la Segunda Gran Guerra.

Botaya suscribe la teoría de muchos historiadores de que ambos conflictos son en realidad el mismo, con una tregua de veinte años, y que en realidad se trató de «una guerra civil europea» de la que aún se sufren las consecuencias, ha explicado el historiador.

«Un mundo en guerra» cuenta con imágenes en 3D y alterna entrevistas y material de archivo de corte histórico con testimonios de personalidades como el general Colin Powell; y los ex primer ministro Mario Monti, de Italia, y John Major, de Gran Bretaña.

Tras su exhibición en Madrid, la exposición «Los perfumes de la historia» se podrá visitar en el Mobile World Center de Barcelona desde el 26 de septiembre hasta el 4 de octubre.