Regresar a casa de un viaje con solo 24 fotos para el recuerdo era una meta asequible hasta no hace tanto tiempo. El engorro del carrete y el revelado hacía, solo una década atrás, que cada disparo estuviese bien calculado. Hoy la comodidad de la tecnología ha desembocado en incontinencia. Foto aquí y foto allá, a este paso necesitaremos una vida extra para poder ver algún día todas las escenas imborrables que custodiaremos en cientos de terabytes.
Pero el verdadero cambio llegó con el vídeo. Hubo en los noventa un programa que revolucionó la televisión con las imágenes domésticas más graciosas de los pioneros del VHS, solo unos pocos por entonces. Aquellas secuencias tronchantes del mítico Vídeos de primera fueron para muchos la confirmación de que no era preciso ser Billy Wilder para ponerse detrás de la cámara y hacer comedia, aunque para ello hubiera que conformarse con formas de humor más toscas, como caídas ajenas, trastadas infantiles o animales chuscos. Otra cosa que enseñó el programa fue que las escenas cómicas están para compartirlas.
Y en eso está TVE este verano al recuperar aquel espíritu con el nuevo Tvemos. En solo dos semanas el programa ha recibido más de 1.200 vídeos de espectadores multimedia que compiten por un hueco en la pantalla con todo el universo de espacios de humor mundiales y grabaciones singulares que circulan por YouTube.