Adiós al «late-night»

Beatriz Pallas ENCADENADOS

TELEVISIÓN

06 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En un país tan proclive a trasnochar como España el late night modelo americano no se aclimata. Cuando el referente del género David Letterman se despidió hace unos meses de su Late Show, lo más extraordinario, a ojos de un espectador español, no fue el despliegue de celebridades que le rindieron pleitesía. Ni que Bob Dylan saliese de su cueva para cantarle, ni el apasionado beso de Julia Roberts ni que Bill Murray le confesara, jocoso, que jamás podrá reunir todo el dinero que le debe. Los cuatro últimos presidentes de EE. UU. se prestaron a protagonizar un gag, algo impensable en España, donde el espectáculo político se rige por otros códigos. Lo sorprendente de Letterman fue ver a un presentador jubilarse en pleno éxito después de 33 años de humor irreverente.

Los horarios españoles hacen casi imposible que un late night se asiente de ese modo, con el Misisipi de Navarro y las marcianadas de Sardá como excepciones más longevas. La última temporada de En el aire fue expulsada lentamente hacia la madrugada con cambios de hora que sus protagonistas afrontaron con humor. Buenafuente no volverá este año a La Sexta y no se espera a nadie para sustituirlo. La parrilla nocturna se llenará, en el mejor de los casos, de telefilmes y reposiciones, más baratas que un programa en directo para cuatro. En el peor, habrá inabarcables programas de prime time que rellenarán horas y horas con el mismo presupuesto.