¿Se puede freír un huevo en una sartén creada con una hoja de papel de periódico? ¿Existe un casco invisible que protege de los golpes a modo de airbag? ¿Es viable cascar nueces a golpe de teléfono móvil? La respuesta es sí a todo, aunque no es aconsejable probarlo en casa. Para mentes empíricas, lo mejor es verlo en programas como ADN Max, que abandera, junto a Órbita Laika, la nueva moda de contenidos científicos desmenuzados y envueltos en diversión que proliferan como una reválida para elevar el listón de la programación.
ADN Max es un Hormiguero bis sin entrevista y con más quimicefa, con homólogo del Hombre de Negro incluido. Xavier Sardá vuelve con él a la televisión y pone su instinto para el espectáculo al servicio de la ciencia. Hay algo de Crónicas marcianas en el ritmo del programa y en el desfile de colaboradores que pasan por su mesa, pero las asignaturas son otras.
Para el espectador que quiera subir nota en la materia, Mega estrena mañana Cosmos, serie ideada en los ochenta por Carl Sagan ahora en versión remozada para el público del siglo XXI. El visionario divulgador ya nos prevenía de que estábamos construyendo una sociedad basada en la ciencia y la tecnología por encima de nuestras posibilidades para comprenderlas: «Esta mezcla combustible de ignorancia y poder tarde o temprano va a terminar explotando en nuestras caras».