Segundo asalto Évole-Maduro: ¿Y si Puigdemont pide asilo político en Venezuela?

M.V.

TELEVISIÓN

Como hizo con el expresidente del Govern, el presentador de «Salvados» acorraló al dirigente venezolano hasta que le hizo caer en sus propias contradicciones

20 nov 2017 . Actualizado a las 19:25 h.

Salvados se guardó lo mejor para el final. La segunda parte de la entrevista a Maduro tuvo todo lo que le faltó a la primera: contundencia, intensidad y algo del veneno que prometía el presidente venezolano en el avance del programa y que brilló por su ausencia el pasado domingo. La Sexta nos mostró entonces a un Maduro templado, razonable incluso, a un gran orador muy cómodo ante las cámaras que argumentó todas y cada una de sus respuestas a las preguntas del presentador catalán, principalmente enfocadas en ese primer asalto a la economía y los problemas internos del país caribeño. Salió airoso de él para renquear, sin embargo, al posicionarse sobre la actualidad política, tanto española como mundial, y especialmente sobre el conflicto catalán, la gran trampa del combate.

¿Conoce personalmente a Rajoy? ¿Se ha financiado a Podemos desde el gobierno de Venezuela? ¿Reconoce la república independiente de Cataluña? ¿Daría asilo político a Puigdemont? Jordi Évole se fue de Caracas con los deberes hechos, sabiendo todo lo que quería saber de Maduro y con más de un titular en la mochila. Pero la charla estuvo lejos del interrogatorio del que se quejaba el de Venezuela. No faltaron encontronazos y momentos incómodos; sin embargo entre ambos reinó la complicidad.

El mandatario no se ahorró consideraciones polémicas, cayó en repetidas contradicciones y resultó mucho menos fresco que en el montaje de la semana anterior: se enfangó, comprometiéndose a pagar las pensiones en el mes de diciembre; insistió en desmentir que los gobiernos chavistas hayan financiado al partido de Pablo Iglesias, a quien negó conocer personalmente; y arrojó luz sobre su relación con Mariano Rajoy después de que Salvados le mostrase unas imágenes en las que se refería al presidente del Gobierno español como «basura corrupta», «racista» y «colonialista».

«Podemos es un fenómeno político de la sociedad española, no ha surgido porque Nicolás Maduro o Hugo Chávez les haya mandado o fundado», razonó el presidente venezolano, que consideró que a la formación morada se le ha intentado «estigmatizar» con la posible financiación venezolana porque, cree, tras el 15M hubo «miedo» en España a que surgieran partidos como el de Pablo Iglesias. Vincular al Gobierno bolivariano con el partido español es, manifestó ayer, un «bodrio comunicacional» propio «del pasado franquista del Partido Popular».

«Yo solo conozco a Monedero -reconoció Maduro sobre uno de los fundadores de Podemos- porque ha pasado muchas veces por América Latina y por Venezuela, por las universidades». ¿Y a Rajoy? ¿Conoce Maduro al líder del PP, él, que confesó estar muy atento a los informativos españoles, impresionado ante la  cobertura que se le da a la actualidad de su país?

Reveló Maduro ante Jordi Évole que Rajoy le había transmitido en alguna ocasión su intención de mejorar las relaciones bilaterales entre los dos países. «Me mandaba mensajes, quería tener una buena relación con Venezuela», aseguró, para enseguida lamentar que el jefe del Ejecutivo español acatase «el dictado» de EE.UU. en su política exterior. «Si recibe esas respuesta iracundas, es porque él se ha metido con Venezuela», se defendió Maduro.

Desconcertantes resultaron también las opiniones de Maduro sobre otros líderes mundiales, especialmente sus valoraciones sobre Putin y Kim Jong-Un. «Es un hombre que el mundo necesita, extraordinario», dijo en referencia al ruso. Antes, definió al norcoreano, ante un atónito Évole, como «líder de su país».

El tono de la conversación empezó a cambiar cuando el presentador de Salvados abordó el tema catalán. Maduro acusó a Rajoy de «sordera» ante el desafío soberanista y criticó que intentase resolverlo «a golpes y porrazos». Se abstuvo, sin embargo, de posicionarse a favor del independentismo, evitando responder sobre si ofrecería asilo político a Carles Puigdemont -«Nadie lo ha solicitado (...) No puedo dar una opinión de un tema que no hemos evaluado ni analizado»- y alegando no querer meterse en los asuntos internos de España. 

Sí apeló sin embargo al diálogo, defendido que el conflicto catalán «debe resolverse a través del método político y la diplomacia». Tras estas declaraciones, Évole le recordó sus declaraciones sobre movimientos secesionistas en Venezuela en las que pedía la «máxima alerta de la Fuerza Armada Nacional». Entonces Maduro, contra las cuerdas, respondió: «Nadie puede dialogar con quien quiere dividir a un país como Venezuela». Consejos vendo que para mi no tengo.