«Adolescencia», la serie que vapulea a los padres con su peor pesadilla

TELEVISIÓN

Los actores Stephen Graham y Owen Cooper en una escena de la serie «Adolescencia»
Los actores Stephen Graham y Owen Cooper en una escena de la serie «Adolescencia» Netflix

La ficción británica que acaba de estrenar Netflix analiza ese cóctel letal de violencia, acoso y redes sociales

19 mar 2025 . Actualizado a las 10:31 h.

Todavía no ha acabado marzo y se da por hecho que es una de las series del año. Adolescencia no lo tenía fácil. Netflix la estrenó sin apenas promoción. No es una serie sencilla. No es para un maratón, no hay giros inesperados, ni tan siquiera es una ficción de entretenimiento. Es cruda, dura y se cuece a fuego lento. Pocos hechos para mucho diálogo, emoción y análisis. Jamie Miller, de trece años, está acusado de haber matado a una compañera de colegio. No destripa nada, se sabe ya en el primer capítulo. De hecho, el espectador no debe esperar mucha más evolución o desarrollo en ese ámbito. No hay vueltas de tuerca, no hay juicio, no hay condena. Hay un chaval arrestado, una familia tocada y un colegio en el que ocurre mucho más de lo que parece. El espectador solo tiene que ver, escuchar y reflexionar.

Plano secuencia

 

Una hora, una toma. Lo primero que llama la atención de Adolescencia es la forma en la que se rodó la miniserie británica. Cada capítulo se grabó en una única toma, un plano secuencia de 60 minutos. La cámara se iba pasando entre diferentes operadores mientras los actores se cruzaban para que el espectador no se perdiese nada. Uno de los episodios se llegó a grabar hasta en diez ocasiones. Cada día se hacían dos tomas, casi dos horas de grabación que dejaba a los actores prácticamente agotados porque se memorizaban todo el texto. Sin interrupciones, sin margen de error. El resultado es espectacular. El director Philip Barantini, que ya empleó esta técnica en la película Hierve, consigue así que el espectador esté totalmente inmerso en la trama. Desde su sofá es uno más en el arresto, en el largo protocolo en comisaría, en el día después en el colegio o en esa casa familiar en la que se sigue sin asimilar la ausencia de Jaime.

Interpretación

NETFLIX

Un valor seguro y un prodigio. Solo Stephen Graham puede aguantar un plano como el del primer capítulo. Su cara transmite tanta rabia, tanta humillación, tanta impotencia. No hace falta ni que llore, lo dice todo con su mirada, sus gestos y su forma de reaccionar. Es el mejor Eddie Miller posible, ese fontanero que nunca conectó con un hijo al que no se le daba bien ningún deporte y solo quería dibujar. Ese padre que no juzga y que está dispuesto a defenderlo a toda costa. Que solo le pregunta una vez, y pidiéndole que le mire a los ojos, si realmente ha matado a Katie. Graham, también creador y productor de la serie, brilla cuando interactúa con Owen Cooper, el actor de tan solo 15 años que da vida a Jamie. «Es el nuevo Robert de Niro», aseguró sobre su hijo en la ficción en una entrevista, elogiando la capacidad del debutante para hacerse notar en un rodaje tan complejo y que le implicaba darlo todo en cada momento.

El cóctel

La violencia oculta. Jamie Miller tiene cara de no haber roto un plato y no parece un chaval especialmente problemático. Muchas horas en el ordenador, de vez en cuando sale con un par de amigos y sus padres no tienen constancia de que se meta en problemas. Un buen día, la policía rompe la puerta de su casa y se lo llevan detenido. El chaval, literalmente, se mea encima. Padres y policía no tienen ninguna pista sobre lo ocurrido. No saben lo que está pasando en el colegio y en las redes sociales. Acoso, la palabra maldita. No saben qué significan los emojis, los porcentajes y los comentarios que se cruzan en Instagram. Tampoco se imaginan cómo se comporta él cuando una mujer le cuestiona.

De más a menos

Un final inesperado. No hay giros. No debes esperar más. Es una serie centrada en la reflexión, en el análisis. El arresto, el colegio, la entrevista psicológica y la familia. Lo que ellos viven, cómo lo viven y esa sensación de que se podría haber hecho algo más. En el Reino Unido, donde la miniserie ha batido todos los récords, se ha convertido en un meme la frase: «¿pero realmente Jamie mató a Katie?» Si te lo preguntas, no has entendido nada. La serie no va sobre eso. Es un cómo hemos llegado hasta aquí de cuatro horas. Como padres. Como compañeros. Como sociedad.