«La familia de la tele»: así ha sido el camino de baldosas amarillas desde el ostracismo a RTVE

Paulino Vilasoa Boo
P. VILASOA LA VOZ

TELEVISIÓN

Fotograma de la promo de «La familia de la tele»
Fotograma de la promo de «La familia de la tele» RTVE

Belén Esteban, María Patiño, Chelo García-Cortés, Kiko Matamoros, Víctor Sandoval y Lydia Lozano se han despedido de «Ni que fuéramos Shhh» y ponen rumbo a las tardes de La 1, junto a Aitor Albizua e Inés Hernand

28 mar 2025 . Actualizado a las 20:03 h.

Mediaset acabó de forma fulminante con el que era uno de los grandes símbolos de su parrilla vespertina, Sálvame, en mayo del 2023. De la noche a la mañana, la cadena privada condenaba a sus colaboradores al ostracismo, vetándolos en la práctica de cualquier nueva participación en las cadenas de la empresa. María Patiño, Belén Esteban y compañía consiguieron encontrar una alternativa, con un programa, llamado durante unos instantes Ni que fuéramos Sálvame y rebautizado el día de su estreno por Ni que fuéramos Shhh para eludir cualquier amago de demanda, que dio sus primeros en el Canal Quickie de YouTube y pasó pronto, en vista de su éxito en redes sociales, a la parrilla de Ten TV.

Como cantaba la canción de Sálvame que servía como sintonía a su programa original, la cadena de la TDT fue el bote salvavidas que rescató a esos náufragos catódicos, que, en parte gracias a eso, se convirtieron casi en mártires y símbolo de una alternativa a la televisión de siempre. Y las exitosas participaciones de María Patiño o Belén Esteban en programas como La revuelta o El hormiguero, junto al impacto en redes de las ocurrencias de esa fauna televisiva única a diario sirvieron para certificar que el público seguía estando con ellos.

El camino de los ex-Sálvame se fue empedrando así, baldosa amarilla a baldosa amarilla, de un camino que los acabaría llevando a ese soñado Mundo de Oz representado por una televisión pública renovada desde la llegada de José Pablo López a la presidencia del ente.

La referencia a El Mago de Oz no es casual. Este martes, 27 de marzo, para escenificar su adiós a los espectadores de TEN TV y YouTube, y el nuevo camino que se les abre de cara al futuro, salieron del plató tomando un camino amarillo. La temática del clásico literario y cinematográfico era, precisamente, el leit motif de la promo que había preparado RTVE para anunciar la llegada de La familia de la tele a las tardes de La 1.

Las Dorothy que acaban varadas muy lejos de su Kansas particular que podría ser ese Sálvame que tantas alegrías le dio a Telecinco son, en este caso, María Patiño y Belén Esteban, sobre las que se sustentó el cambio de paradigma que sirvió a TVE para fijarse en ellas. «Este viaje nuestro es como el de la joven busca un mundo de color tras la tormenta», destacaron Óscar Cornejo y Adrián Madrid, fundadores de La Osa Producciones, sobre la idea del spot, que busca dejar como cosa del pasado en la travesía por el desierto de sus protagonistas.

Las presentadoras van siguiendo pequeñas baldosas amarillas de camino a un lugar que, aseguran, les va a llevar a su infancia. «Yo creo que nos van a poner más de un rombo», dicen en referencia a la antigua calificación por edad de la televisión pública.

En su camino, en el que charlan con nostalgia de programas como la telenovela Cristal, se encuentran con los que van a ser sus primeros acompañantes, unos viejos conocidos: Chelo García-Cortés, como «la mujer de hojalata, que está oxidada y no tiene aceite», dice Kiko Matamoros; Lydia Lozano, como el espantapájaros, «porque no tiene cerebro»; y el propio Matamoros, que confiesa no tener corazón.

Poco después se topan también con el león «sin valor», Víctor Sandoval. «No lo soporto», grita María Patiño, escenificando con gracia la tensa relación que han tenido siempre.

Juntos, los seis se encuentran con tres senderos, tres posibilidades para seguir su camino: una Ruperta, en referencia al mítico Un, dos, tres; una Bruja Avería, del rompedor programa La bola de cristal, y un bombo con los colores de la bandera de España, como el que usa diariamente David Broncano para comenzar cada una de sus emisiones. «Es el presente y el futuro», decide Matamoros, refiriéndose a las cualidades de La revuelta. Y, aunque escenifican que abrazan a toda la historia de RTVE llevándose consigo a las dos efigies que no han elegido, toman ese sendero hacia el futuro.

La primera colaboradora externa al antiguo Sálvame aparece muy pronto, materializándose como la Bruja Mala del Oeste. «Algunos veis una bruja, yo solo veo una persona con ganas de triunfar», dice Inés Hernand, que también participará en La familia de la tele. Y con ellos se dirige hacia su nuevo hogar. «Es un sitio donde caben las familias estructuradas y las desestructuradas como vosotros», apunta la cómica.

El último en aparecer, a modo del Hada Buena, es el propio presentador, Aitor Albizua. «Jordi Hurtado», bromea María Patiño, mientras él juega a que adivinen su nombre a la manera de Cifras y letras, programa que presenta en La 2.

«Yo me sé el camino», asegura el que será el conductor. Y poco después ven ya destacando sobre el horizonte su destino: la icónica torre de telecomunicaciones de Torrespaña, conocida popularmente como El Pirulí, que se levanta sobre el centro de emisión e informativos de RTVE.

«Tenemos más familia ahí dentro, no os penséis que estamos solos», avanza Inés Hernand, mientras aparece persiguiéndolos la vaquilla del Grand Prix, protagonista de una reciente polémica con denuncia incluida a Lalachús por una estampita en las Campanadas