La Pasarela Cibeles también juega a ser extravagante

Natalia Bore LA VOZ | MADRID

TENDENCIAS

Crónica | Los desfiles de Madrid

17 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

Treinta y cinco desfiles en cinco días. La cuadragésimo quinta edición de la Pasarela Cibeles arrancaba el lunes con escaso brío. Pero la apreciación dio un giro a medida que avanzaban las jornadas, en las que los creadores más veteranos dieron paso a los noveles. Estas fueron las claves de la semana de la moda madrileña. Los más arriesgados. Dos dúos, El Delgado Buil y Luxoir, que se estrenaban en Cibeles. Ana Figuera Delgado y Macarena Ramos Buil, que recibieron el premio al mejor diseñador novel de la edición, presentaron una colección joven, con ropa unisex: grandes sudaderas, cazadoras y parkas en blanco casi total, con la imagen de las abuelas de ambas serigrafiadas. Recrearon la estética country americana en cortes y detalles. ?os más experimentales. Luxoir -Antoine y Víctor- apostó por volumen y el color, especialmente los verdes y los azules. Otro dúo más veterano, Locking Shocking, también experimentó: colores mutando del negro al plata y del blanco al oro y múltiples combinaciones de tejidos, incluyendo flecos de pelo humano. ?os más sorprendente. Un mono de Luxoir hecho íntegramente con pequeños pompones de terciopelo, un abrigo de José Miró, en silicona y de forma oval, o la propuesta de David Delfín para combatir el frío con una «envoltura» de borra (un material reciclado y utilizado para embalajes) atada con cuerda, han sido de los planteamientos más sorprendentes, junto con el tratamiento tecnológico de los tejidos de Amaya Arzuaga, que incluyó las crines de caballo en sus modelos. ?o más provocador. El bilbaíno Carlos Díez colocó a las modelos cabezas de animales para presentar una línea de ropa de influencia británica, con cuadros escoceses y gran profusión de cremalleras. ?o más roto. O discontinuo. Ese es el concepto que Delfín presentó chaquetas seccionadas en la cintura, para dejar ver camisa y, de nuevo, chaqueta. ?os más elegante. Elio Bernhayer, con sus femeninos vestidos de fiesta, volvió a demostrar que es el maestro de la alta costura. Alma Aguilar ganó la partida con vestiditos de aire infantil, mientras que la cordobesa Juana Martín homenajeó al maestro Balenciaga con una colección en negro y blanco roto, rica y elegante en tejidos, mezclas y cortes. Andrés Sardá y su ropa interior de reminiscencia cabaretera también personificó la elegancia, junto a Miriam Ocáriz y Lemoniez.