Una genuina María Barros derrama elegancia en Cibeles

Alejandro Posilio MADRID/LA VOZ.

TENDENCIAS

La diseñadora coruñesa llena Madrid Fashion Week de volúmenes y siluetas

19 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La coruñesa María Barros cerró la jornada matinal del primer día de Madrid Fashion Week para diseñadores consagrados con una colección que la muestra al público en su estado más puro y genuino. Por primera vez en su carrera profesional no escoge una temática que le sirva de inspiración para interpretarla, sino que ha trabajado basándose en su instinto natural, como le sale de dentro, para que sea el público el que interprete su interior, en qué etapa está y cómo percibe la colección. Esto le ha permitido más libertad en sus creaciones, al no sentirse tan ceñida a una temática determinada que defina los colores o las formas.

Las tendencias de la diseñadora gallega para la próxima temporada primavera-verano radican en la importancia que ha dado al volumen y a las formas en todas sus prendas, muy trabajadas, sin excepción, con unos perfiles silueteados que se vislumbran entre la timidez y la prudencia mostrada a través de delicadas telas, como tules, organzas y sedas. Predominan los vestidos cortos, excepto alguno muy largo sin mangas, aunque las existentes son muy cortas, elaboradas y también con mucho volumen. La perfección del cuerpo de la prenda convierte a las mangas en algo secundario.

Llaman la atención las fuertes tonalidades elegidas, como verde esmeralda, azul eléctrico y fucsia, salvo una pequeña muestra de colores suaves para que el entorno no parezca muy estridente, ya de por sí amenizado con una música tecno cañera, pero que al ser un desfile más corto que en otras ocasiones, con solo 17 salidas, no se hizo repetitiva. Esta vez se ha dado el lujo de pararse hasta estar convencida de que la prenda, normalmente monocolor, estaba correctamente terminada.

En su cuarta participación en esta cita madrileña ha presentado a una mujer limpia de complementos, porque el diseño está tan trabajado que no permite recargarlo demasiado. Eso sí, los zapatos, abiertos y de vértigo, en azul, verde o morado, resaltaban en contraste con los vestidos. Las modelos llevaban la cabeza cubierta con un pañuelo negro ceñido, con un flequillo ladeado de vinilo que destellaba y solo permitía ver un lado de la cara. Un maquillaje muy blanco, los labios rojos y un lunar negro en la mejilla llenaban de simpatía y teatralidad el desfile, en el que se pudo disfrutar de rostros conocidos, como la actriz televisiva Elena Ballesteros o la escritora Espido Freire.

En resumen, una colección muy elegante porque los materiales que usa inspiran más a la utilización del modelo como prenda de noche. Aunque, como le gusta la mezcla, no quiere vincular un tejido ni un volumen solo a la nocturnidad. Quizá el complemento permita utilizarlos de día.