
Pueden presumir de tener más curvas y estar mejor proporcionadas que en otros lugares
02 jun 2014 . Actualizado a las 19:01 h.Muchas mujeres se preguntarán: ¿por qué si compro una talla 40 en una tienda de Zara, Stradivarius, Mango o Promod, tengo que pedir una más si me voy a El Corte Inglés o a Cortefiel, y en cambio me puedo enfundar una menos si entro en el probador de H&M y Bershka? La respuesta no es fácil. Las marcas comerciales no se quieren poner de acuerdo a la hora de tallar sus prendas y lo hacen en función del público al que va dirigido. Por eso, en firmas enfocadas directamente a compradoras de edad adulta, de entre 45 a 65 años y que no están tan influenciadas por el número que marca la etiqueta, el tallaje suele ser mayor; mientras que, si las clientas son adolescentes y jovencitas obsesionadas por el peso, las tallas van decreciendo, aunque esto no significa que esta reducción vaya acompañada de un recorte de centímetros, puesto que las mismas medidas de una 36 pueden corresponder a una 38, 40 o incluso 42, dependiendo del grupo textil. Y, a veces ni siquiera eso, puesto que en una misma tienda puedes encontrar prendas que te quedan estupendamente y otras que no te pasan de las pantorrillas y, sin embargo, tienen la misma talla.
Medidas reales
El efecto psicológico de utilizar tallas pequeñas, y que está comprobado que venden más aunque luego te revienten, es uno de los motivos que llevan a las casas comerciales a intentar contentar a sus clientas y hacerles creer que están divinamente utilizando una talla 36 o 38, cuando la realidad es bien distinta. De hecho, y aunque tienen muy presente este tallaje comercial, en el centro de formación profesional Paseo dos Pontes de A Coruña -donde se imparten los ciclos medio de Confección y Moda y el superior de Patronaje y Moda- utilizan un sistema de aprendizaje basado en el método Camps, «que parte de las medidas reales de la mujer», explica Joaquina Fretes, jefa del departamento de Textil. «La diferencia entre este método y el que utilizan las casas comerciales está en cómo se toman las medidas, ya que el método Camps marca como referencia la zona más amplia del contorno del pecho, y no por encima de él, como lo hacen las firmas comerciales. Y pasa lo mismo con la cadera, que en lugar de fijarse en la medida de la zona más ancha, miden la cintura. Esta variación hace que haya diferencias que van desde cuatro centímetros hasta dos tallas».
Siguiendo este método oficial, y más real, que se imparte en las escuelas de moda, una persona que suele comprar una talla 40, realmente está utilizando una 42 o 44, «pero esa tallas que parecen tan grandes no venden y no son buena imagen, por eso se ponen otras más pequeñas», explica Joaquina Fretes, que en base a su experiencia considera que la talla media de las gallegas sería una 42-44, siguiendo los dictamenes comerciales, lo que se traduciría en una 44-46 según las medidas reales del métodos Camps. Además existen marcas que cuentan con líneas de tallas grandes. Algunas de ellas pueden encontrarse en El Corte Inglés.