¿Qué convierte a una actriz en leyenda?

La Voz REDACCIÓN

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No todo el mérito es de escenas más míticas, sus ingentes cantidades de premios o su capacidad de enamorar a medio mundo

07 oct 2014 . Actualizado a las 16:53 h.

Nadie sabe por qué a ciencia cierta, pero hay ciertas actrices que han pasado el umbral de los tiempos y se han convertido en símbolos eternos de la gran y la pequeña pantalla. Muchos expertos en esta materia aseguran que este aura de leyenda al su protagonismo en míticas películas, cintas que, pase el tiempo que pase, siguen siendo referentes del cine actual. Uno de los mejores ejemplos de actriz inmortal es Audrey Hepburn. Y no solo porque hace un par de años una marca de chocolates la recuperase para uno de sus anuncios.

Su estilo, sus trabajos e, incluso, su nombre son casi materia de estudio obligado para cualquier amante del séptimo arte. Hepburn está considerada la tercera mayor leyenda femenina del cine estadounidense. El cuerpo menudo y su particular estilo la consolidó como una de las actrices de la época dorada de Hollywood, capaz de marcar en rojo una ruta por la capital italiana gracias a su papel -con Oscar, Globo de Oro y Bafta incluido- en Vacaciones en Roma. Con Sabrina y, sobre todo, con Desayuno con diamantes logró subir a un altar del que no se ha bajado a pesar de que hace ya más de 21 años que dejó huérfanos a sus seguidores. Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF y trabajadora incansable durante sus últimos años de vida en África, América del Sur y Asia, no pudo decirle que no a Blackgama en 1987. Aunque no iba mucho con su estilo por aquel entonces, ya casi retirada de la gran pantalla, la actriz belga cayó bajo el aura de las pieles de American Legend Cooperative y de su llamativa campaña «¿Qué se convierte en leyenda?» que lleva haciendo ininterrumpidamente desde 1968 -y que se puede encontrar en El Corte Inglés-.

Audrey Hepburn siguió el camino abierto pocos años antes por otra eterna del cine. Pocos son hoy los que no saben quien fue Margarita Carmen Cansino, más conocida como Rita Hayworth, que aunque murió en 1987, sigue siendo un mito erótico del cine de los 40. Una de las grandes estrellas del celuloide, su fama alcanzó el máximo con su papel en Gilda. Aquella película de Charles Vidor en 1946 la elevó a los altares gracias a su espectacular e irrepetible interpretación de Put the blame on mame mientras realiza uno de los mejores striptease de Hollywood y eso que solo se quita un guante. Así, en 1970, Rita era la encargada de poner rostro a Blackgama.

Brigitte y Judy

La acompañó ese año al frente de las pieles negras de esta empresa estadounidense otro icono sexual. A pesar de ser una activa militante contra las pieles y de los derechos de los animales, la francesa Brigitte Bardot tampoco pudo negarse a la, ya por entonces, mítica campaña de publicidad. Actriz, cantante e ícono de la moda y símbolo de la sensualidad, se convirtió en la musa de los grandes directores en las décadas de los 50 y los 60. Aunque puso punto y final a su carrera como actriz en 1973 con más de 40 películas a sus espaldas, fue una de las pocas intérpretes europeas capaz de llamar la atención de los medios estadounidenses. Quizás por su sensualidad, su carácter o su melena rubia, lo cierto es que sus apariciones en el otro lado del Atlántico se resumían en hordas de periodistas persiguiendo a francesa.

Otra que se llevó titulares durante su trayectoria fue una de las precursoras en convertirse en leyenda de la mano de Blackgama: Judy Garland. La niña del Mago de Oz abrió el camino protagonizando el primer año de anuncios de la cooperativa. Junto a Lauren Bacall, Bette Davis, Melina Mercouri y Barbra Streisand, la intérprete y cantante pasó a mejor vida rodeada de pieles y como la autora de una de las bandas sonoras del séptimo arte por excelencia. Hoy por hoy nadie puede decir que no se conoce una estrofa, como mínimo, del mítico Over the Rainbow. Pero Judy Garland es mucho más que El Mago de Oz. Con Ha nacido una estrella se llevó un Oscar a casa y con su disco Judy at Carnegie Hall sumó a su colección de premios dos premios Grammys.

Los nuevos rostros de Blackgama

Pero Audrey Hepburn, Rita Hayworth, Brigitte Bardot y Judy Garland no han sido las únicas que se han convertido en leyenda dos veces. Por una lado, gracias a sus trabajos y a ser íconos del cine, y por otro lado, por ser la imagen de Blackgama. Marlene Dietrich, Joan Crawford, Claudette Colbert, Myrna Loy, Paulette Goddard, Ann-Margret, Ann Miller, Liz Taylor, Sophia Loren, Joan Fontaine, Barbara Stanwyck, Lucille Ball, Gloria Swanson, María Callas o Bette Davis también se ganaron su espacio en el altar de la eternidad rodeadas de pieles. Que una actriz, o cantante, se convierta en leyenda parece que no es solo ya cuestión de sus míticas escenas de sus películas, sus ingentes cantidades de premios o su capacidad de enamorar a medio mundo. Parece, casualidad o no, también fruto de ser imagen de esta empresa estadounidense.

Quizás por esta razón, sus campañas siguen estando igual de vigentes que hace casi 50 años. Buscando la eternidad, y de forma más reciente, Linda Evangelista, Gisele Bündchen, Cindy Crawford o Elle Macpherson son algunos de los últimos rostros que han querido ser imagen de una publicidad que canta a la eternidad. ¿Buscan también ellas convertirse en leyenda?