Ricardo Herbón: «El objetivo es intentar colocar el producto en su momento óptimo»

A.B. REDACCIÓN / LA VOZ

TERRA

Ricardo Herbón
Ricardo Herbón MONICA IRAGO

El presidente de los productores de Opmega, la organización de Mexillón de Galicia, explica que la entidad prepara una planta para elaborar y comercializar sus referencias

31 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En el listado del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Opmega (Organización de Productores de Mexillón de Galicia) lleva el número 18 (OPP 18) de las 37 que hay. Es de las primeras que se constituyeron, en el año 86, y hoy por hoy es la organización más representativa del sector mejillonero gallego, con presencia en todos los foros —autonómicos y nacionales— donde se debaten, defienden y promocionan los intereses del sector. Está integrada por 672 bateas, en manos de 454 asociados que se agrupan en doce asociaciones de las rías de Muros y Noia, Arousa, Pontevedra y Vigo. Tienen además asociados de Portugal. De hecho, en su plan de producción y comercialización figura entre las acciones un estudio del mercado portugués, donde pretenden tener mayor presencia. En esa hoja de ruta también figura el proyecto estrella, que es el de renovar por completo las instalaciones de Paquito, en Boiro, para elaborar mejillón congelado en varios formatos y colocar sus productos con su propia marca directamente al público.

—¿Qué ha llevado a Opmega a adentrarse en la transformación y valorización de producto? ¿Qué pretende?

—La intención es la de mejorar las condiciones de nuestros productores y la búsqueda de alternativas que diferencien la pertenencia a una organización de productores de mejillón para buscar soluciones a los problemas, ya sean de ventas o de otro tipo.

—¿Qué significa para Opmega adentrarse en la transformación y valorización de producto? ¿Qué pretende?

—Por un lado supone mejorar la rentabilidad de los bateeiros asociados y, por otro, poder tener mayor seguridad de ventas de las cosechas. No podemos estar esperando a que la industria decida iniciar la campaña y no venderlo cuando el bivalvo lo requiere. No todos los años son iguales y el mejillón depende de las condiciones naturales, los temporales, las toxinas...

—Después de dedicarse a la venta y con el precio del mejillón estancado, Opmega se decide a subirlo, compra una depuradora, decide transformar su producto... ¿Cuál ha sido el punto de inflexión?

—La búsqueda de un mayor valor para el producto. Sabíamos que para poder subir los precios teníamos que poder poner nuestro producto en el mercado final directamente y, para eso, contar con las instalaciones adecuadas para poder transformar nuestras cosechas y llegar a presentar al consumidor algo terminado.

—¿Ha sido fácil convencer a los socios de que el salto a la comercialización era la mejor salida?

—No fue nada fácil porque los proyectos que tenemos en mente son muy ambiciosos y no todo el mundo lo entiende. Pero con diálogo, explicaciones y argumentos, y al ver que sus condiciones mejoraban paulatinamente, tuvimos su apoyo.

—Con respecto a la planta de transformación, ¿en qué consistirá y cuáles son los objetivos?

—La intención es regular nuestras producciones, asegurar la venta de los mejilloneros asociados, poner una referencia terminada en el mercado y hacerlo cuando está en el momento óptimo, vender y comercializar nuestro bivalvo con nuestra marca.

—¿Stellamare, como su tienda «online»?

—Aún no está definida.

—¿En qué consistirá la planta de Boiro? ¿Puede adelantar cifras de inversión, puestos de trabajo, volumen de producción?

—Será una inversión importante, y se crearán nuevos puestos de trabajo, claro que dependerá del volumen de producción.

—¿Por qué en Boiro?

—Por diversas causas, principalmente por la amplitud de las instalaciones donde se transformarán los productos, que son las adecuadas para lo que se pretende y dispone de puertos de descarga cercanos. Además, está en medio de la ría de Arousa y bien comunicado.

—¿Que producirán?

—La planta tendrá dos líneas bien diferenciadas. En una se elaborará mejillón congelado de máxima calidad. Procesaremos vianda del bivalvo y en media concha. La otra línea será la de envasado. Habrá varios formatos: en cajas de cartón de hasta diez kilos, en bolsas individuales...

—¿Es la primera aventura en la que se embarcan?

—Como organización de productores Opmega, no. Pero como directiva, sí. Sobre todo de la magnitud de esta.

—¿A qué mercados se dirigirán? ¿Se quedarán en el nacional o están mirando más hacia la exportación?

—A todos en general.

—Aparte de la puesta en marcha de la planta de producción de mejillón, ¿tienen en mente algún otro proyecto para diversificar la actividad?

—Sí, claro que tenemos otros proyectos encima de la mesa. Los iremos ejecutando a medida de las necesidades.

—¿Cuáles son las principales amenazas para el sector? ¿En qué momento se encuentra y qué podría truncar la buena evolución?

—Hay que buscar unas líneas de mercado estables. También nos preocupan los límites que nos han puesto para la extracción de mejilla, pues nos está costando llenar las bateas. Otra amenaza que tenemos son los vertidos a la ría y las deficiencias del saneamiento. También está el cambio climático y su mitigación.