
El Dépor aspira a un triunfo necesario para salir del descenso en su segunda cita con el Málaga
06 dic 2014 . Actualizado a las 11:53 h.El Dépor afronta tres desafíos, que se resumen en uno solo: el del triunfo imprescindible contra el Málaga. No caben más excusas para un equipo que, es cierto, pone un circo y le crecen los enanos. Este partido debe tomar el relevo de aquel feliz contra el Valencia, pero que ya se disfrutó hace casi dos meses. Desde entonces el equipo entrenado por Víctor Fernández, aquejado de mil males en forma de lesiones y bajas formas, no ha vuelto a ganar y, lo que ha disparado todas las alarmas, en las tres últimas jornadas ni tan siquiera ha marcado gol alguno. Además, esta noche se encuentra con la obligación de devolver la alegría a una afición lastimada y con los nervios a flor de piel, pero que se espera que acuda masivamente el estadio para volver a abrazarse a su equipo.
Las dudas rodean al técnico aragonés, que ha insistido en la mejoría experimentada en las últimas jornadas, especialmente sustentada en un esforzadísimo trabajo defensivo. Sin embargo, esta baza se derrumba en cuanto el conjunto coruñés ha de lanzarse en pos de la portería rival. La respuesta a cómo resolverá Víctor Fernández los evidentes problemas ofensivos se convierte en la clave de qué equipo se verá esta noche.
Solo tres días después del choque de Copa, se reencontrará con un Málaga al que entonces maniató, pero no le supo dar la puntilla. Hoy el adversario contará con el veterano goleador Santa Cruz, aunque volverá a faltarle su gran referencia, el holandés de origen marroquí Amrabat, que viene a significar al Málaga lo que Sergio García al Espanyol, es decir, medio equipo. Así, las estadísticas dicen que lo guio hacia una fantástica racha de cinco triunfos seguidos que en la Liga solo parece al alcance de los tres grandes, pero, en cambio, desde su lesión el Málaga enlazó dos derrotas seguidas. Eso sí, contra el Atlético y el Madrid.
Precedente
El choque se convierte en el primero de los tres trenes que el Dépor debe tomar antes de las vacaciones, si no quiere abrir el nuevo año tocado y casi hundido. En trece jornadas acumula diez puntos, los mismos que el Almería, a salvo en la decimoséptima posición, pero ha de levantar la vista y darse cuenta de que sigue latente el peligro de un arranque de temporada aún más pobre que el de hace dos años, con Oltra en el banquillo. Entonces sumó doce puntos al cabo de diecisiete partidos y este lastre resultó decisivo en el descenso final. A la necesaria resurrección de hoy le seguirán una cita de campanillas, como el duelo directo contra el Elche en Riazor, y la despedida al 2014 en Villarreal.