
Mel cree que la presión puede estar haciendo mella en los jugadores y que un triunfo mañana frente al Málaga daría tranquilidad y podría ser casi definitivo para salvarse
14 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Tras la fallida marca puesta sobre el encuentro de hace dos jornadas frente al Granada, en el calendario de Pepe Mel destaca ahora otro encuentro frente a otro rival andaluz, en este caso, el Málaga. Porque el partido de mañana de Riazor es considerado por el técnico deportivista como casi definitivo de cara a las aspiraciones de permanencia. No en lo que a las matemáticas se refiere, pero sí en cuanto a mentalidad, ya que observa un equipo un tanto atenazado por la presión que puede liberarse con tres puntos.
«Si ganamos no será la permanencia matemáticamente pero sí para nosotros por la liberación que podemos tener, porque uno de los problemas de este grupo es la presión por querer salir cuanto antes. Eso hace que el rendimiento no sea el esperado», subrayó el inquilino del banquillo de Riazor.
Estado físico
«Juanfran y Mosquera probarán hoy a ver cómo están». Con Fernando Navarro descartado, Mel anunció que Juanfran y Pedro Mosquera, que ya se ejercitaron ayer con sus compañeros, realizarán una prueba hoy y si la pasan recibirán el alta médica para entrar en la convocatoria y jugar mañana contra el Málaga.
Lateral
Confía en Fayçal, como medida de urgencia. «Mal entrenador sería si no probara cosas en previsión de necesitarlas». De esta manera confirmó Mel que cuenta con Fayçal para suplir una eventual urgencia en cualquiera de los dos laterales. «Creo que por sus características puede ejercer de buen lateral. Hablé con él y aceptó sin problema trabajar en esa posición. Estamos sin Navarro y quizá sin Juanfran, así que ante la posibilidad de que tuviera que utilizar, como medida urgente, a otro futbolista ahí, probé con él y sé que está preparado para hacerlo».
Teoría de la manta
«El Dépor necesita ahora mismo estar con seguridad del medio para atrás». En su intervención, Mel habló de la teoría de la manta y cómo el equipo pierde potencial cuando muestra más seguridad atrás, pero entiende que eso es lo prioritario ahora.
«Tenemos que recuperar algo que tuvimos en los primeros partidos, en los que el equipo estaba junto, no dejaba espacios, no dejaba abiertos los partidos. Es algo que hicimos muy bien entre el partido del Atlético y el del Celta. Era difícil hacernos gol y no dejamos espacios. En Valencia lo perdimos. Lógicamente debemos encontrar el término medio entre defensa y ataque, pero el Dépor necesita ahora mismo estar con cierta seguridad de medio del campo para atrás», explicó.
Intensidad
«Cuando compiten somos un equipo difícil de ganar, cuando no, somos vulnerables». La desconexión que muestra el equipo en determinadas ocasiones es algo que preocupa al entrenador blanquiazul, que admitió que tras ganar al Barça, pensó que el equipo no dejaría de crecer. Algo que no sucedió.
«Busco fórmulas para conseguir que entiendan que cuando compiten bien son un equipo difícil de ganar y cuando no hacen eso, no sé por qué, somos un equipo vulnerable. Cuando ganamos al Barça pensé: ‘esto va a salir y puede ser muy bonito’ ahora pienso que va a salir, aunque es menos bonito», subrayó el técnico en un intento de mostrar su convencimiento absoluto.
Míchel pide a sus jugadores que salgan a Riazor como si estuvieran en peligro
Como si no estuviera nada hecho aún. Así cree Míchel que debe salir el Málaga en Riazor.
El técnico explicó que sus jugadores ya no le «engañan» porque sabe «lo que pueden dar de sí», con lo que lanzó la advertencia de que «se anden con cuidado».
Míchel consideró en rueda de prensa que el Deportivo es «un equipo que estaba en dificultades más por resultados que por juego y mejoró», aunque parece que «de nuevo están en una dinámica más negativa», al ser decimosextos con 28 puntos, cinco menos que el Málaga, decimocuarto con 33.
«En cuatro días hemos conseguido cuajar sobre el campo eso que teníamos en la cabeza. La permanencia no es matemática, pero es moral, ya que tenemos una distancia muy grande» respecto a los tres últimos, subrayó el entrenador malaguista.
El madrileño precisó que «todo eso que se hablaba del calendario» difícil que tenía el Málaga, algo que recordó «con lo que no estaba de acuerdo», al final le «ha dado la razón», si bien no quiere que «eso sea una excusa» para decir que ya han «hecho la temporada».
Para Míchel, el equipo tiene que «seguir intentando devolver toda la confianza que habían puesto» en ellos la afición blanquiazul, y añadió que el cambio de la situación, con dos victorias consecutivas se ha debido sobre todo «al estado mental de seguridad».