Diego Ifrán sobre Fede Valverde: «Se llevan a un futbolista clase A»

TORRE DE MARATHÓN

KIM HEE-CHUL | EFE

Forlán e Ifrán, excompañeros de Valverde en Peñarol, elogian al último fichaje blanquiazul

22 jun 2017 . Actualizado a las 17:27 h.

«No hablaba nada, ni era de pedir favores, así que la mamá lo llevaba y lo traía todos los días a los entrenamientos, que eran a media hora de su casa. Hasta que un día me cansé y le dije que se dejara de joder, que yo lo pasaba a buscar y lo dejaba de vuelta». Ahí arrancaron las conversaciones entre Diego Ifrán y Fede Valverde, de camino a las prácticas con Peñarol. El chico tenía solo 17 años, pero ya había firmado por el Real Madrid y sentía curiosidad por su futuro inmediato en España. No encontró mal cicerone. «Le contaba sobre todo de las cosas lindas que yo había logrado en aquel fútbol que era de otro nivel. De lo increíble, por ejemplo, que fue para mí Riazor; donde debuté con la Real Sociedad y donde al año siguiente conseguimos clasificarnos para la Champions. Y de cómo volví para jugar allí con el Dépor en una temporada en la que se consiguió el ascenso. Qué lindos recuerdos». Quizá durante esos trayectos le entró ya el gusanillo blanquiazul al reciente fichaje de los coruñeses.

El recorrido concluía en el campo de entrenamiento aurinegro, en el que se ejercitaba también un futbolista emblemático tanto para Uruguay como para la Liga española. Otro Diego, Forlán, encandilado por Valverde: «Enseguida notabas que era un jugador distinto. Tiene una visión de juego espectacular, una pegada impresionante y una velocidad de todo tipo que lo hace diferente. Dudo que el Dépor tenga alguien de su calidad en el plantel».

 «Enseguida notabas que era un jugador distinto. Dudo que el Dépor tenga alguién de su calidad»

No se corta en su elogio el ariete, deteniéndose en el que precisamente ha sido su sello con la pelota: «El golpeo uno lo va puliendo con los años y Federico tiene la pegada que se alcanza a los treinta». «Con el salto de categoría no va a tener ningúns problema, lo importante es que el entrenador no se fije solo en la edad y tenga lo que hay que tener para ponerlo a jugar», redondea.

Ifrán tampoco ahorra alabanzas. «Sin duda, se llevan a un jugador clase A, con excelente remate, buena marca y que tiene una dinámica y un estilo de juego que da gusto ver», sostiene el atacante que pasó en A Coruña el último tramo de la temporada 2013-2014.

«En cuanto agarre lo que es la Primera División, dará que hablar», pronostica, sin alcanzar el tamaño del augurio de su compatriota Forlán: «No puedo asegurar que este año vaya a hacer ya una gran campaña, porque tendrá que ir mejorando con el tiempo, pero sí tengo claro que será figura a nivel mundial de Uruguay y del equipo en el que vaya a estar. Y el que no lo vea no sabe de fútbol».

El ex del Villarreal y el Atlético tiene fe ciega en Valverde: «Dudo que el Real Madrid haga una nueva cesión después de la próxima temporada. De la única manera que puede llegar a no jugar en ese club es porque se vaya a otro grande de Europa por la política que ellos tienen. Eso lo dejo firmado ya».

Coinciden de nuevo al valorar el posible impacto de Fede en el Deportivo. «Le va a venir bárbaro al equipo por más que sea un jugador joven. Entiendo que a veces se necesitan resultados y no es fácil arriesgar, pero que le den minutos y verán», insiste Forlán, incapaz de decidirse a elegir la posición idónea para el Balón de Plata del último Mundial sub-20: «Es difícil decir cuál le conviene. Es una lástima que lo empiecen a tirar poco a poco para atrás, aunque en el doble pivote funciona muy bien». «Es un chico divino, va a tener una linda experiencia ahí y seguro que el Dépor y sus hinchas lo van a disfrutar», abunda el otro Diego.

Lejos del césped, a Valverde le cuesta más encarar. Forlán describe a un chaval «muy humilde y tranquilo, pero muy tímido». Ifrán se refiere a «una gran persona; alguien muy, muy sano, pero de hablar muy poco». Así que fue él, a quien tampoco se recuerda en Riazor por su natural desparpajo, el que tuvo que acercarse e invitar a compartir coche al proyecto de estrella de Peñarol, y arrimarlo así hasta A Coruña con un par de años de adelanto.