El holandés, que focaliza todo el protagonismo del Deportivo, estrena su guion ante el Betis
12 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los televisores en blanco y negro de mediados de los cincuenta y sesenta se encendían cada semana en Estados Unidos para disfrutar de una historia de suspense de la mano de Alfred Hitchcock. Eran episodios de corta duración, que tenían al espectador pendiente sin intuir hasta el final cómo podía ser el desenlace. Relatos en los que el gran protagonista no era ningún actor, sino el director. Un hombre capaz de centrar en él toda la atención con su intervención previa, durante con algún cameo y después con otro discurso a modo de moraleja.
Esta noche, Riazor vivirá (21 horas, Gol) una de esas historias de incierto desarrollo y más incierto final para la que tiene su particular Alfred Hitchcock en la figura de Clarence Seedorf. Desde que el pasado lunes aterrizó en el aeropuerto de Alvedro, el técnico holandés ha focalizado el día a día deportivista. Con intervenciones públicas marcadas por el liderazgo y un trabajo semanal salpicado de pequeñas novedades con las que reactivar a la plantilla.
Hoy pondrá en escena lo perfilado durante la semana con unos protagonistas a los que se les presuponen unas ganas de agradar al nuevo comandante del vestuario y a una afición que este año va de desilusión en desilusión. Seedorf será esta noche el tercer entrenador que ocupe el banquillo local en este ejercicio, con la esperanza de que su llegada sirva de estímulo como en su momento sirvió la de Cristóbal o en años anteriores la de Pepe Mel o Víctor Sánchez el Amo. Porque si algo ha conseguido Tino Fernández en sus años de mandato con los continuos cambios de entrenador es una pequeña reactivación de sus jugadores que en ocasiones le han durado más o menos, pero siempre han servido para mantener la categoría, el gran objetivo final.
Alineación atrevida
Y para estrenarse, Seedorf prepara emociones intensas con una alineación atrevida con la que busca tener el balón y no dejar que el Betis se sienta cómodo con la posesión. Con la duda de si mantendrá a Rubén en la portería (todo hace indicar que sí), utilizará una defensa inédita en la que prima la destrucción por encima de la plasticidad. Para ello recurre a Eneko Bóveda y Albentosa, dejando sorprendentemente fuera a Schär. En los flancos, dos laterales de largo recorrido con los que busca desdoblamientos continuos. En el medio recupera al Pajarito Valverde para que, junto a Krohn-Dehli, dé salida al balón. Y de ahí para arriba todo verticalidad, con Lucas y Bakkali en las bandas, Adrián de enganche y el inagotable trabajo de Florin Andone para situar la referencia del ataque.
Una alineación atrevida y valiente con la que Seedorf marca su estilo de la escuela holandesa desde el inicio en esta serie de 16 partidos que ha de afrontar en el peor momento de la temporada y cuando está viendo cómo los rivales sí están sacando resultados. Hoy la salvación está un poco más lejos que la pasada semana. En sus manos está ponerle remedio.