A ocho y medio, antes de salir al campo

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

La victoria del Levante frente al Eibar añade aún más dramatismo al duelo por evitar el desahucio

17 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La cosa más importante entre las menos importantes es a día de hoy, y a partir de las 13 horas, que el Deportivo sea capaz de sacudirse el bloqueo en el que lleva tiempo enfangado, ganar de una vez un partido -algo que además le va a exigir marcar-, y estirar cuando menos la agonía que lo tiene mirando a Segunda, con la soga un poco más apretada desde ayer por la noche. A eso de las 11 se consumó la victoria del Levante, que mostró los síntomas de un equipo espabilado a tiempo. Reaccionó de inmediato tras encajar el gol del empate del Eibar, tuvo la fortuna necesaria para que un chut de Jordán se estrellara en el larguero y sostuvo el resultado pese al libre indirecto en el interior de su área con el que concluyó el encuentro. Dos victorias en dos partidos de Paco López, el técnico ascendido del filial que llegó al primer equipo con dos puntos de ventaja sobre el Dépor y en una semana ha ampliado a ocho la distancia. Ocho y medio, con treinta por disputarse, porque los granotas tienen muy a su favor el apartado de la diferencia de goles.

Insistieron ayer Seedorf y Jémez en que habrá vida después de citarse en Riazor, incluso para quien pierda. Si caen los locales les espera una vida sostenida por las matemáticas, casi exclusivamente. Porque en Las Palmas podrán pensar en el duelo que les queda en el Ciutat de Valencia y en lo benévolo de su calendario a partir de entonces, con choques contra adversario que apenas pondrán nada en juego. El horizonte para los coruñeses es, sin embargo, mucho menos halagüeño.

Todo pasa pues por lo que suceda hoy en un encuentro en el que hasta el horario merece ser tenido en cuenta. No es lo mismo jugarse el futuro a media mañana que por la tarde. Seedorf lleva días alterando las rutinas del plantel para que se adapten los cuerpos. Algunos, como Sidnei, son alérgicos a los partidos matinales, y el brasileño está llamado a jugar un papel importante. Será pareja de Albentosa, quien probablemente atraviese uno de los momentos más delicados de su carrera. El míster persevera en el alicantino y ha dicho no haber oído siquiera los abucheos de la grada a su apuesta. Con el factor André Gomes recién estrenado, quizá encuentre el central la paciencia oportuna entre el aficionado. Es el duelo más importante de la temporada, uno que no servirá para alcanzar la orilla, pero sí permitirá seguir nadando. Y en este trance hace falta compañía, como destacó ayer Jémez, entrenador del rival, confiando en destruir pronto la comunión entre equipo e hinchada.

Al adversario le faltarán piezas clave, especialmente, Gálvez y Peñalba, los dos hombres de confianza del míster. Tendrá carencias en casi todas sus líneas y a un Dépor con más urgencias que nunca tratando de explotarlas.