Desde el 2007 solo seis equipos han logrado ascender a primera tras perder la categoría el año anterior
05 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Celta, Real Sociedad, Nástic, Zaragoza, Murcia, Levante, Betis, Numancia, Recreativo de Huelva, Valladolid, Tenerife, Xerez, Deportivo de La Coruña, Hércules, Almería, Villarreal, Sporting de Gijón, Racing de Santander, Mallorca, Osasuna, Córdoba, Elche, Rayo Vallecano, Getafe, Granada, Las Palmas y Málaga. Son los veintisiete equipos que desde la temporada 2006-2007 han saboreado la amargura de un descenso a segunda. El club de los números rojos. Siete de ellos (Celta, Real Sociedad, Levante, Betis, Villarreal, Getafe y Rayo Vallecano) son hoy, ya con todas las garantías, equipos de primera división. Sporting o Zaragoza podrían serlo en no demasiado tiempo. Seis ya no forman parte del fútbol profesional (Murcia, Recreativo, Xérez, Hércules, Rácing de Santander y Elche) mientras que el resto, o bien llevan años sufriendo las tortuosas curvas de la segunda división, o bien están ya preparando su equipaje para su llegada, nunca grata, a la categoría más dura del fútbol español.
Desde que el balón empezó a rodar en España, a todos, menos a tres, les ha tocado alguna vez hacer ese viaje. Lo importante es el billete. La ida es segura. La vuelta es incierta. Lo saben en Zaragoza, un equipo con vitrina de relumbrón europeo. El recuerdo de Pardeza levantando la Recopa, así como el de sus seis Copas del Rey, solo sirvió para que la caída levantase aún más polvo. Hoy se aferran, conscientes de su nueva realidad, a triunfar en el play off de ascenso.
Desagradecida, rocosa, exigente y, por encima de todo, muy larga. Larguísima. Solo seis equipos en las últimas once temporadas han logrado la machada. Bajar, recuperarse y ascender de nuevo en apenas doce meses. Uno de ellos es el Deportivo que es además el único en haberlo hecho en dos ocasiones. La primera de ellas con récord de puntos en la categoría gracias a un equipo muy por encima de sus rivales. Aranzubía, Zé Castro, Colotto, Guardado, Valerón o Riki. Volvió a hacerlo dos años después. Con más sufrimiento y por detrás del Eibar de Mendilibar que empezaba su sueño en primera.
El objetivo será el mismo el curso que viene. Los coruñeses partirán como uno de los equipos ricos en una división proletaria. Donde el dinero no da siempre la felicidad. También uno de los más atractivos para ver y también para alistarse en sus filas. Pero también como uno de los rivales a batir. Un equipo al que a todos les gustará ganar.
Aparte del Deportivo otros cinco equipos aprovecharon la inercia de la caída para levantarse. Los dos anteriores precedentes son precisamente de la campaña pasada. El Getafe recuperaba en el play off la categoría mientras que el Levante, tras una campaña espectacular, logró volver a primera con catorce puntos de margen sobre el segundo. La gran obra de Carmelo del Pozo en los despachos ejecutada por Muñiz sobre el verde, el espejo en el que se quiere mirar el Deportivo.
El Betis y el Villarreal son otros de los que han logrado catapultarse desde sus cenizas a la primera división y antes que ellos, en la 2008-2009, lo hizo el Zaragoza que retornó a la primera división de la mano del Xerez y del Tenerife tras haber descendido el curso precedente junto a Murcia y Levante. Los tres conservaron buena parte de su columna vertebral en su año en los infiernos. Adán, Rubén Castro, Jorge Molina o N'Diaye se quedaron en Heliópolis y fueron claves en el ascenso al año siguiente. Marcos Senna, Bruno Soriano, Musacchio o Mario Gaspar sacaron a flote el submarino.
Ayala, Zapater o Gabi devolvieron a aquel Zaragoza a primera antes de que el desastre volviese a la ciudad del Ebro. Parece una constante, más allá del perfil de jugador que se estereotipa, probablemente con acierto, a la categoría, los buenos son los buenos.
Otros también lograron retornar. Casos como el del Celta o la Real Sociedad, a la larga los únicos proyectos que se han consolidado, supusieron largas temporada de destierro. El Deportivo buscará coger la ola buena. El resto será tentar a la suerte.