El delantero atraviesa una racha en la que está errando clarísimas ocasiones
19 feb 2019 . Actualizado a las 21:42 h.Una vuelta atrás, el Deportivo recibía en la octava jornada de Liga al Málaga con un Quique González que centralizaba el poder ofensivo blanquiazul. El delantero sumaba seis goles gracias al acierto exhibido en los últimos cuatro partidos que había disputado. Entre ellos, alguna incomparecencia por lesión.
Diecinueve encuentros después, sigue siendo el referente ofensivo blanquiazul. Pero su idilio con el gol no es tan significativo. Ha marcado a cuentagotas tres tantos más, pero en las últimas semanas han destacado más sus sorprendentes errores, casi con la portería vacía, que olfato anotador.
Con la excepción del tanto conseguido frente al Granada, que no fue ni mucho menos de sencilla ejecución, Quique acumula cuatro errores mayúsculos en los últimos cinco compromisos. ¿Simple racha o ansiedad? Él ha manifestado públicamente que no atraviesa un momento de ansiedad, que simplemente son épocas y que no se obsesiona.
Deportivo-Albacete
El balón se le cuela por debajo de las piernas. Con ventaja blanquiazul en el marcador, Quique González pisaba el área pequeña cuando Vicente Gómez se la dejó de cabeza. Franca posición para el vallisoletano, que en otro momento la hubiera embocado sin problema. El balón le pasó por debajo de las piernas y en un intento a la desesperada por controlarlo cayó trastabillado.
Deportivo - Tenerife
Rechace del portero y el balón rebota en el cuerpo del blanquiazul. Si algo no se le puede discutir a Quique es que siempre está ahí. Bien situado. Contra el Tenerife volvió a colocarse, oportunista, en el área pequeña. Eso le permitió llegar a un mal rechace del portero canario. Sin embargo, lejos de controlar, el balón rebotó en el pucelano y acabó mansamente en las manos del meta rival.
Deportivo - Nàstic
Disparo desde el punto de penalti y cabezazo alto con el meta batido. Entre los empates frente al Tenerife y el Nàstic, Quique se reencontró en Granada con el gol. Lo hizo tras no acertar a rematar un pase de Borja Valle en la primera parte. Y, contra el conjunto tarraconense, Quique volvió a verse las caras con su peor enemigo: él mismo.
En la primera parte pilló un rebote en el punto de penalti, colocó bien el cuerpo. Acertó a la hora de focalizar qué hacer, pero el balón salió fuera. En la segunda mitad, le llegó un balón aéreo casi en la línea de gol, pero no lo consiguió dirigir hacia la meta.