Baile en los extremos del Dépor

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Cartabia, Nahuel, Valle, Pedro y hasta Expósito jugaron en este puesto con Martí

23 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Dépor se desangra por los extremos. La falta de acierto, inspiración y desborde de sus atacantes de banda está lastrando a un equipo excesivamente dependiente de los goles de Quique y el factor determinante de Carlos Fernández. No hay noticias de Fede Cartabia, Nahuel, Borja Valle y Pedro en este tramo decisivo de la temporada, cuando el Deportivo más necesita la mejor versión de sus futbolistas.

Ni la confianza en los dos primeros, titulares en los extremos de las dos últimas jornadas, ni los cambios constantes de los cuatro primeros de Martí han servido para espabilar a un grupo de deportivistas bajo sospecha. Entre estos cuatro jugadores, solo Cartabia, quien ayer mismo reconoció que su rendimiento está muy lejos de lo que él mismo esperaba, partió como titular en las cuatro últimas jornadas, aunque únicamente Valle y Pedro han participado en algún minuto de los seis partidos desde el cambio de entrenador.

Por un lado, los rivales han tomado la matrícula del actual sistema blanquiazul, que pone el acento en un desborde de sus extremos por ahora insignificante. Pero, además, desde el despido de Natxo González a la llegada José Luis Martí hubo un cabo que se quedó suelto, pues el librillo del actual técnico del Dépor se basa precisamente en la trascendencia de los extremos en el fútbol que desea practicar. Así, de zona de juego casi irrelevante con el entrenador vasco se ha acabado por convertir de la mano de su sucesor en el origen de un problema sin resolver.

Sin espacio para los extremos ni en el planteamiento inicial de plantilla, ni en los cuatro primeros meses de temporada, el propio Natxo había reconocido que la plantilla le había pedido jugar con extremos. Y el ensayo salió bien a las primeras de cambio, cuando Cartabia y Valle incluso marcaron contra el Albacete en el único partido feliz del Dépor en los cinco últimos meses. Todo empeoró luego, cuando ni la llegada un extremo puro en el mercado de invierno, el hasta ahora intrascendente Matías Nahuel, ni el referido relevo en el banquillo, ni el librillo de Martí, que se estrenó en el banquillo situando a Edu Expósito en la banda izquierda, están mitigando el declive del proyecto deportivista.

Solo el gol de Pedro en Zaragoza, que valió tres puntos, y el de Valle, que abrió el marcador en una jugada por el centro de la defensa contra el Numancia, han apaciguado las críticas a cuatro futbolistas que contra el Cádiz o el pasado domingo en Lugo volvieron a pasar de puntillas. Es más, la escasa aportación de los extremos está convirtiendo en un problema especialmente en casa, donde más necesario resultarían su desborde y profundidad.

Un cómodo centro de Ángel Bastos, improvisado lateral zurdo del Extremadura en Riazor, dio el primero a su equipo y otro envío desde una posición similar también dio el gol de Guillermo que puso en peligro el triunfo contra el Numancia. Aunque se abra el foco a toda la banda, incluidos los laterales Bóveda, David Simón, Caballo y Saúl, ninguno ha jugado todos los minutos con Martí. El primero, asistente de Quique contra el Cádiz, fue sustituido en Lugo, mientras el último ha relegado al exfabrilista a la suplencia (incluso a quedarse fuera de la lista en el derbi) en las tres más recientes. Otro síntoma de que las bandas de este Dépor no funcionan.