La justicia poética, la forma física y el otro fútbol

TORRE DE MARATHÓN

LOF

16 jun 2019 . Actualizado a las 00:01 h.

El fútbol, a veces, y solo a veces, es justo. Y este año lo está siendo con el capitán del Deportivo. Álex lo ha pasado mal en los últimos años. Injustamente señalado por un sector, su sentimiento blanquiazul es tan grande que nunca hizo ademán de abandonar. La pasada temporada fue invitado a salir y lo hizo sin ruido. Es su estilo. Volvió en las malas para ponerse el buzo de trabajo, ese que no se quita ni para dormir. Y, en una plantilla con más mediocentros casi que botas de fútbol, se ganó un puesto a base de cumplir cada día, cada semana, cada partido.

El gol que mete al Dépor en la final del play-off es de pura justicia poética en una semana llena de emociones para él. El miércoles vivió un día muy especial contra el Málaga. De esos que no se olvidan. Sintió, más que nunca, el cariño de Riazor y este tanto no hace sino agrandar las sensaciones de la semana.

El medio del campo que formaron Bergantiños y Edu Expósito (catalán pero totalmente identificado ya con el Dépor y Coruña) es de los que cualquier afición celebraría. Entrega, sentimiento y trabajo.

Y esto sucedió en un duelo en el que, por fín, después de mucho tiempo, se vio un Dépor que supo manejar ese otro fútbol que en ocasiones tanto daño le ha hecho en contra y que esta vez supo rentabilizar.

Con un planteamiento, quizá, excesivamente defensivo, los jugadores supieron sufrir. Arañar, segundo a segundo, tiempo al marcador. Aprovechar la ansiedad que el paso de los minutos iba generando al rival. Jugar con la ventaja que el marcador de la ida les daba...

Pero el triunfo en esta eliminatoria, con el gran final de partido que logró el conjunto coruñés, tiene otra razón de ser: el extraordinario momento físico en el que están llegando los jugadores.

Desde el inicio de temporada, aun sin saber si habría play-off, el equipo se marcó el objetivo de llegar bien a la recta final. Hubo rotaciones, lesiones y sanciones, que también ayudaron. Pero el planteamiento era claro y la labor realizada por los preparadores físicos desde julio está ahí.

Quedan solo dos partidos. Los más difíciles. Los que tienen que terminar de prender el lume que debe arder en San Juan.