Ni asumir riesgos, ni dar tregua

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

El Dépor de Anquela extrema las precauciones y traslada la presión a todo el campo hasta vaciarse

21 ago 2019 . Actualizado a las 13:42 h.

La primera acción de ataque del Dépor no evolucionó más allá de su fase inicial. Después de una docena de pases insustanciales entre Lampropoulos, Somma y Bergantiños, apareció Gaku, ansioso por buscar profundidad. Su golpeo, el número trece, murió en pies de un adversario. Pérdida en zona roja que no creó ningún temor. A la altura de la pelota, o entre esta y Dani Giménez, había otros cinco jugadores blanquiazules; mientras que solo Ortuño representaba al rival. Recuperado el cuero, se repitió la misma película con distinto final: otra larga serie de toques en el primer tercio de campo hasta que Lampropoulos se decidió por el pase en largo, acertando con Galán. Y así sucedió varias veces. Combinaciones sin riesgo ni evolución o envíos a campo ajeno del central griego, parte fundamental en la radiografía de un encuentro con cinco objetos extraños en forma de gol entre tanta precaución.

Hasta en 17 ocasiones optó Lampropoulos por superar líneas con desplazamientos de larga distancia -la falta de precisión del zaguero quedó desmentida con el origen del 3-2-. Solo un futbolista reincidió más en esta suerte en la primera jornada de competición. Vistió de naranja y también echó la tarde en Riazor. Carlos Hernández, el defensa de los asturianos que erró en todos los tantos locales, recurrió 19 veces al envío alto y fuerte tratando de salvar la presión coruñesa.

El Oviedo, plegado a partir del círculo central, apenas disfrutó de opciones de contra. Anquela no permite alegrías en terreno propio; en la nueva fórmula, seguridad e intensidad compiten en importancia. Mientras aguantó el físico de precampaña, ni se asumieron riesgos ni se dio tregua. Repuesto del susto inicial, Gaku fue clave en ambos asuntos.

Doble pivote

Solidaridad con factura. La acción del primer tanto arranca en dos recuperaciones consecutivas del japonés. Primero intercepta un centro al área de Johannesson y de inmediato vuelve a aparecer cuando Galán pierde la pelota en la transición. El segundo robo de balón es definitivo porque ahí arranca una acción de cuatro contra cinco a la que el 22 da continuidad con Valle, cuyo disparo propicia el rechace en el que marca Koné. Si el futbolista llegado a préstamo desde Getafe destaca con la pelota, no se esconde tampoco sin ella.

El esfuerzo es imprescindible para que su equipo no resulte presa fácil. Entre él y Bergantiños participaron en 19 disputas por el cuero. Vencieron en 17. Sin escolta, el coruñés no da abasto. Falta también trascendencia en el inicio de jugada si no baja a aportarla el japonés. Pero la encomiable implicación del organizador nipón pasó factura: entre el minuto 65 y el 95, Gaku solo dio dos pases de los 31 que intentó en todo el encuentro. Su nivel de acierto se desplomó además tras el descanso: pasó del 82 al 64 %.

Zona de conexión

Aketxe, más que un lanzador. De la medular en adelante, las intervenciones de Shibasaki resultaron esclarecedoras. Por todos los medios. Si en él arranca el 1-0, también es el portador del 22 quien da inicio al segundo gol. Tras una serie de cabezazos cruzados sin más intención que alejar la pelota, es él quien orienta perfectamente su despeje para que alcance los pies de Aketxe. Talento asociado que explica cómo el Deportivo supo exprimir mejor su tiempo de posesión, por mucho que el adversario tuviera la pelota por más tiempo. El vasco alcanzó el 86 % de efectividad en el pase, pese a que 25 de los 33 que dio sucedieron en campo ajeno. Puede emplearse como mediapunta o extremo; sin embargo, arrinconarlo -movimiento que podría justificarse en la implicación defensiva o en la necesidad de hacer sitio a un segundo punta- atenuaría las luces coruñesas en una zona determinante. Solo un trivote permitiría igualar las alturas del dúo, pero si Anquela sigue apostando por la fructífera amplitud ofensiva, exigiría un enorme esfuerzo al hombre de contención.

Bandas y punta

Escorados a la derecha. La tendencia de Aketxe a escorarse a la derecha llevó el juego coruñés a ese carril (más de la mitad de las acciones de ataque se resolvieron allí). Hasta seis jugadores locales llegaron a agolparse en ese costado (ocurrió en el tanto del 10); el menos empleado por contra en las transiciones visitantes. Un despliegue, el carbayón, muy trabado por el sacrificado trabajo tras pérdida de Galán, Valle y Koné. Claves en la recuperación para contraatacar lejos de Dani Giménez. Armas básicas en la nueva propuesta que se perdieron con la fatiga propia del discurrir del encuentro, la falta de jugadores de refresco hasta bien avanzado el duelo, y el preocupante desconcierto y paso atrás cuando el adversario recortó distancias. Un mal que ha sobrevivido al cambio en el modelo blanquiazul.