-¿Creyó que no iba a ser tan difícil?
-Sabía que iba a ser difícil. Porque la Segunda es muy difícil y todo está en pequeños detalles. Si hubiéramos ganado el sábado, estaríamos en situación normalita, pero ahora estamos en situación bastante complicada. Todo en una acción. Hicimos todo para que esa acción cayese de nuestro lado, pero hay que seguir insistiendo y trabajando.
-¿Los centrales que tiene le permiten situar al equipo tan arriba, o se genera mucho espacio entre líneas?
-En Huesca pasó eso, en Vallecas no ocurrió tanto; en la primera parte del Oviedo, tampoco, ni el otro día. Yo no soy de excusas, pero tenemos fuera gente importante. Aquí ha venido Peru para ser importante y dar cosas. Somma se lesiona, Longo, Borja... Eso entra dentro de las posibilidades del fútbol, pero cuando estemos todos, somos un buen equipo. Y eso hay que refrendarlo con puntos, porque los puntos dan tranquilidad que nosotros ahora no tenemos. En el fuero interno estamos con la soga al cuello en el número de puntos.
-Los tres recién llegados para la banda son de perfil similar.
-Todos pueden jugar también de delanteros.
-Claro, pero ninguno llega a línea de fondo y centra.
-Si lo miras así, sí, pero es que no es fácil llegar a línea de fondo y ponerla. Ponerla la pones, pero ponerla bien… Es evidente que no los tenemos, pero ¿dónde están esos jugadores?
-¿Tiene entonces la plantilla que le gustaría para jugar como quiere jugar?
-A mí me gustaría tener a los mejores en cada puesto, pero eso es imposible. A mí me gustaría tener a muchos de los que estuvieron aquí el año pasado, pero es imposible. Tenemos que adaptarnos y estoy muy contento con lo que tengo. Y lo que tengo lo único que hay que hacer es sacarle rendimiento ¿cómo? No lo sé. Bueno, no lo sé entre comillas.
-Explíquese. Porque los «no lo sé» son peligrosos
-Es que cuando digo no lo sé, no estoy hablando de mí, estoy hablando del fútbol. En el fútbol nunca se sabe qué va a pasar. Yo creo que sé lo quiero y cómo llegar a ello. Pero el futbol dice «cuidadito», no sé si lo permitirá o no. Yo no voy a dejar un segundo de hacer las cosas lo mejor posible y de hacer lo que es mejor para este equipo.
-En el club se ha acometido un ajuste a todos los niveles, ¿también se deberían recortar las exigencias?
-Yo ahí no entro. Solo puedo decir que el club se ha apretado el cinturón porque había que apretárselo y hay que hacer las cosas con cordura. Yo sé que estoy en el Deportivo y cuáles son las exigencias. Cuando vienes al Deportivo sabes a dónde vienes y lo que te juegas. Y estoy muy contento con lo que hay. Si me exigen cosas a las que se puede llegar, lo haremos y si me exigen cosas a las que no se puede llegar, las intentaremos con todas nuestras fuerzas. Está clarísimo. Pero no tengo la menor duda de que el Deportivo puede competir con cualquiera. No tengo la menor duda.
-La exigencia del presidente y del director deportivo es el ascenso ¿para Anquela también?
-El que esté de entrenador del Deportivo no puede tener otro objetivo, no queda otra. Si está en Primera, jugar la UEFA, porque este club es así. Porque su historia es así. Los que estamos en el Deportivo ahora mismo no tenemos categoría, ninguno, para llegar a esa historia. Tenemos que adaptarnos a la realidad y si nosotros lo logramos y nos adaptamos a cómo funciona la Segunda División, podemos competir con cualquiera. Los limites nos los pondrá el campeonato.
-¿Le han dado la plantilla necesaria para ese ascenso?
-Si yo no creo en mi plantilla, cierro el chiringuito. Creo a muerte, están capacitados para competir y si competimos, no vamos a ser inferiores a nadie. Es la única filosofía que entiendo yo para competir en esta categoría.
-¿Qué significa que el equipo haya acabado estas cuatro jornadas en descenso?
-Y en la primera estábamos casi en ascenso directo. Significa que tenemos que apretar y que lo que se va no vuelve. Hemos dejado muchas ocasiones de sumar puntos, pero no nos podemos flagelar con eso. No haríamos bien para nosotros. La palabra es tranquilidad y saber lo que se quiere, que es competir.
-Tranquilo, pero preocupado.
-Si yo no estoy preocupado, soy un irresponsable. Y yo soy muy responsable con mi trabajo y hemos perdido tres partidos seguidos. ¿Cómo cortamos esa sangría? A las bravas, no. Hay que saber lo que se hace y medir cada paso y sobre todo adaptarnos a lo que hay. Y lo que hay es competir y nada más. Si nos cargamos de presión innecesaria, pasaremos problemas. Si te cargas de una presión innecesaria, habrá un momento en que no podremos pasar el balón a un metro, o no querremos el balón, y eso es a lo que no se puede llegar. Estamos totalmente convencidos de que vamos a sacar esto y lo vamos sacar con buena nota. Lo sabemos todos en el vestuario, y el primero yo.
«No quiero poner a Gaku a jugar de espaldas»
-¿De inicio se plantea reforzar la medular con tres centrocampistas?
-Es una posibilidad, y reforzar atrás, y jugar con dos delanteros, pero si quitas de un lado, hay que poner en otro. No somos herméticos. Si hay que cambiar, lo haremos. Todo será en función de lo que tengamos y tener el mejor equipo en el campo.
-¿Pero el Deportivo qué dibujo va a tener, cómo va a atacar, cómo va a defender?
-Tener un equipo equilibrado, conceder pocas ocasiones y tener muchas. ¿Cómo? Ahí está. No te garantiza tener más ocasiones jugar con dos delanteros. Quiero un equipo equilibrado y que sepa a qué juega.
-Ya hay esa plantilla definitiva, los ha visto. ¿Cómo se van a colocar en el campo ahora mismo?
-Estamos jugando 4-2-3-1. Podemos jugar 4-4-2, 4-3-3, o jugar con tres centrales cuando tengamos a todos. Tenemos preparados todos los sistemas.
-Pero no va a decir cuál prefiere
-4-4-2 con un delantero de referencia y un segundo punta con movilidad y verticalidad que caiga a los lados. Es lo que a mí me gusta. Y luego tener dos pivotes que jueguen bien y dos hombres de banda que suban. Supeofensivos. Pero, ¿podemos hacer eso? No lo sé. Habrá momentos que sí y otros que no. Porque luego hay que pedir a los de banda que sin balón trabajen, y al segundo punta, y a los pivotes. Y hay que trabajar los pros y contras del sistema. Todas las variantes las hemos hecho en todos los partidos. ¿Por qué? Porque hemos ido por detrás y yo no quiero eso. Me gustaría decir «jugamos así y sabemos ventajas e inconvenientes». Hemos acabado con tres defensas o con dos la inmensa mayoría de los partidos y las bandas bien abiertas. Y a generar. El otro día generamos, pero faltó meterla. Me gustaría tener un sistema y mantenerlo, pero el mejor sistema es el que todos estamos de acuerdo.
-¿El sistema actual no deja desprotegido a un jugador como Gaku?
-En Japón ha jugado incluso de pivote defensivo él solo, viniendo a sacar la pelota delante de los centrales. Si jugamos 4-2-3-1 tenemos que tener dos pivotes que guarden el sitio. De mediapunta o segundo punta, no lo veo. Ahí tenemos a Ager que ahora está siendo de lo mejorcito. Si una cosa va medio bien, hay que intentar no moverla. Entonces, Gaku tendrá que jugar de pivote a no ser que hagamos así: nos quedemos con Álex solo y pongamos por delante a Ager y a Gaku. Yo a Gaku no lo quiero poner a jugar de espaldas. De espaldas es difícil jugar y hay que saber hacerlo. Y si lo pones de segunda punta, tendrá que jugar de espaldas.
-Ahí puede entrar también la baza de Nolaskoain, para reforzar ese centro del campo.
-Efectivamente. Peru puede entrar en el centro del campo o de central. Y estaría jugando ahora, pero enfermó y ahí estamos, deseando que vuelva. Es un futbolista joven, pero a mí no me asustan los jóvenes siempre y cuando sepan lo que quieren ellos, lo que queremos, y cómo conseguirlo. Hay que darles su ocasión y si son inteligentes se darán cuenta de lo que tienen que hacer.
-¿Y Koné? ¿Lo ve por ejemplo jugando en banda?
-El mejor sitio de Koné es segundo punta, pero ahora mismo ese puesto es del jugador que más clarividencia tiene en nuestro equipo. Y en banda, no le gusta jugar, así que tiene que jugar aquí `[gesticula señalando el puesto de delantero centro] o aquí [detrás del punta]; y en esa plaza de segundo lo veo más difícil que pueda jugar ahora mismo.
-En punta, Santos no lo ha hecho mal en los tres ratitos que ha salido.
-Ha salido a ratos porque todavía no tenía el ritmo, pero ahora va mejor. Y si tiene que jugar, va a jugar
-Hablaba de los jóvenes y de que no le asusta ponerlos. ¿Habrá fabrilistas que alcancen al menos siete u ocho partidos de Liga durante la temporada? ¿Los ve preparados y con sitio?
-Los veo preparados, la cuestión es que haya hueco. Ya he puesto a Mujaid en Vallecas, y a David cuando íbamos perdiendo. Y si tengo que poner a otro, lo haré. Ellos tienen nivel, pero ahora mismo, ahora, hay gente por delante.
-Dice «si lo tengo que poner». Pero, ¿hay jugadores del filial que pueden esperarse adelantar a otros de la primera plantilla?
-Eso es lo que tienen que pensar; que pueden hacerlo. Y si uno entra y lo hace bien… Pero yo no puedo decir otra cosa porque no quiero ser esclavo de mis palabras y que me digan: «usted dijo esto». Efectivamente, en aquel momento era así, y ahora de otra manera. Yo no voy a sentar cátedra, en el fútbol los pensamientos varían; y más rápido y más veces de lo que yo quisiera.
-¿Por eso es tan poco amigo de las apariciones públicas? No parecen gustarle las ruedas de prensa y las entrevistas.
-No, no me gustan. Es que a mí me gustan las conversaciones normales, pero como con vosotros no se puede porque vuestro trabajo es buscar un titular… Si nos quitamos todo esto [apunta al micro] y nos sentamos a hablar, yo te puedo decir cosas que ahí [señala a la cámara] no te voy a decir jamás. Ya lo he dicho: no quiero ser esclavo de lo que diga, porque lo que hoy es blanco, mañana se pone gris.
-Pero en ocasiones transmite una imagen de seriedad, tono bajo...
-Yo no puedo ser un actor. Si me duele, me duele. Mi penitencia tengo que llevarla. En el vestuario entro a levantar a mis chavales, pero si salgo a hablar no puedo mentir; si estoy triste, lo estoy. Que no soy actor, soy entrenador. Cuando me pongo de corto es distinto, pero cuando termina mi trabajo… Mi trabajo termina antes de la rueda de prensa y luego voy a ver cómo toreo, cómo saco el capote, pero cuando empiezo a hablar se me nota el estado de ánimo. Tengo claro que eso no es bueno para mí, pero así he ido toda mi vida en esto del fútbol.
-Las ruedas de prensa no dejan de ser parte del trabajo del entrenador. ¿No cree que la imagen tiene un peso?
-Sí, lo comparto
-Pero no le preocupa.
-Para nada. No voy a cambiar mi forma de ser. El que me conoce sabe cómo soy. Pregúntale a los futbolistas si yo soy triste
-Claro, pero el fútbol alcanza otros terrenos más allá del futbolista. Vídeo, redes sociales...
-Yo no tengo. No tengo nada más que Whatsapp. Las redes existen y hay que adaptarse, pero ahí no voy a entrar nunca.
«Para competir, lo primero es jugar bien»
-Volvamos a la temporada. En cuatro días, a Gijón, contra un equipo ambicioso que está jugando bien. ¿Qué trascendencia tiene ese partido en la jornada cinco?
-Es un partido jodido, hablando mal y pronto. Porque nos faltan puntos. Pero cuántos tienen ellos. Y luego parece que juegan bien y nosotros fatal.
-Nadie ha discutido que contra el Albacete el Deportivo dominó claramente el partido.
-Bueno, pues nos faltó el poso y la calma para ver que se podía ganar desde el minuto uno. Con tranquilidad. Pero eso se lleva o no se lleva. Y en Gijón… ¿Pues cómo vamos a ir a Gijón? Preocupados, porque estamos en descenso. Si no nos preocupáramos seríamos unos irresponsables
-Tienen el sexto presupuesto más alto de la categoría. ¿Eso refuerza la obligación de ascender?
-A razón de los números, sí. Y yo voy a decir que sí. El que viene al Deportivo ya sabe lo que hay. Entras al campo del Dépor y hay que ponerse firme y limpiarse los zapatos. Dices «lo que han vivido aquí». Pero ahora estamos en Segunda División. Al entrenador del Deportivo se le va a exigir. Y nada más.
-¿Cómo mide el peso de Riazor? ¿Qué implica durante el juego?
-Lo único que puedo decir es que la afición se ha portado de cine en los dos partidos. Increíble. Yo he estado en campos en los que habría habido jaleo, pero aquí se han portado de manera ejemplar. Para jugar en el Deportivo hay que ser fuerte de coco. Y futbolista; esa es la palabra. Cualquiera no juega aquí, porque la tradición pesa, y el campo pesa, y hay que tener una personalidad fuerte.
-En Vallecas reclamó que ese carácter apareciera con el 0-1 y no con el 2-1. Aquí se habló bastantes veces de falta de carácter la temporada pasada.
-El carácter no es cosa del entrenador. Para jugar aquí hay que tener mucha personalidad o ser muy bueno. Y si no lo eres, tendrás que correr más, porque aquí cualquiera no juega. Esa camiseta tiene que pesar, y hay que dar gracias a Dios por estar aquí y pelear por ella. Y como entrenador, igual.
-¿Es entonces el reto más ambicioso de su carrera?
-El reto es el que tú te marques. El mío es el de entrenar todos los días como un poseso. Aquí lo único que se pide es actitud, ganas, predisposición. Lo otro vendrá o no vendrá. Si eres bueno, corres, y si no eres tanto corres el doble. El fútbol no respeta a nadie, a un equipo bien armado hay que hacerle muchas cosas para ganarle
-Al final acabamos recurriendo siempre al correr.
-No. Yo digo competir y usted lo asocia a correr
-Yo no he sido el que ha dicho «correr el doble»
-Eso no es competir. Para competir, lo primero es jugar bien, luego estar bien colocado, y lo tercero es disputar cada balón como si fuera el último. Pero lo primero, es jugar bien. Cuando yo diga competir, hay que abrir el abanico y saber lo que hay dentro de esa palabra. Pero yo no lo voy a estar repitiendo todos los días. Entonces ya lo dejo dicho: lo primero, jugar al fútbol, saber dónde, cómo, cuándo y a quién. Y luego, la actitud, que eso no se negocia, claro. Ahora ya sabe por dónde voy cuando digo competir. Los jugadores lo saben de sobra.