El exárbitro, actual director general del Talavera, pitó 14 temporadas en Primera División, a donde había ascendido la temporada en que el equipo coruñés se proclamó campeón de Liga
23 abr 2022 . Actualizado a las 20:08 h.El Deportivo se reencuentra con uno de los testigos directos de su última etapa en Primera. El exárbitro asturiano César Muñiz Fernández (Bruselas, 1970) es la cabeza visible del grupo inversor que hace dos temporadas se hizo con el Talavera, ahora en pugna por seguir en Primera RFEF. «Somos autocríticos, pero no podemos olvidarnos de dónde veníamos y dónde estamos. Cuando llegamos había un presupuesto de 600.000 euros y ahora lo triplicamos. En cuanto a los socios, de los 400 o 500 hemos pasado a los 2.500», destaca. El excolegiado, que ejerce como director general del club toledano, se estrenó en la máxima categoría la misma campaña 1999-2000 en que el Dépor se proclamó campeón de Liga, y permaneció catorce temporadas. «Me tocó muchas veces pitarle en Riazor y el balance tiene lógicamente más victorias, que derrotas y empates», recuerda.
En cambio, lo marcó su último partido en el estadio coruñés: «Fue cuando bajó a Segunda frente al Valencia, que no se jugaba nada. Estaba la ciudad engalanada, llevaba toda la semana esperando el partido, y los futbolistas estaban como flanes. Si hubieran jugado dos días seguidos, hubiera sido difícil que marcasen algún gol... Pero el Deportivo es un grande y va a volver pronto a la élite». ¿Esta temporada? «Está claro que los equipos grandes tienen esa talla que les ayuda a solventar todo tipo de situaciones, pero ojo, porque a un solo partido el presupuesto no se nota», avisa.
Hablar con Muñiz del Dépor lleva inexcusablemente a referirse a Barritos, que el pasado verano dejó su labor como delegado blanquiazul: «Nos vimos en el partido de la primera vuelta. Cuando hablas con él transmite esa cercanía de buena gente que poco predomina en el fútbol y la vida».