El Dépor que viene, de aquí al final

TORRE DE MARATHÓN

Arturo, primero por la izquierda, fue el último en llegar al Dépor en el mercado invernal
Arturo, primero por la izquierda, fue el último en llegar al Dépor en el mercado invernal CESAR QUIAN

Un núcleo duro de veteranos, rotaciones contadas e integración acelerada de los fichajes de invierno para apuntalar la propuesta de Óscar Cano, que gana en variedad

09 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Deportivo abandonó el mercado de invierno con todas sus fichas ocupadas. Ya lo había hecho así en verano, cuando también aprovechó el último día disponible para modificar el plantel. Entonces, reclutó un punta (Max Svensson) y un central (Pablo Martínez), además de promocionar a Yeremay. En el cierre de enero solo incorporó un ariete (Arturo), amortizando la vacante que dejó la cesión de Víctor Narro. Un alivio en la sobrepoblación de los costados permitía ampliar el repertorio de hombres gol. Óscar Cano había llegado a descartar la incorporación de un ariete — «Tenemos a Kuki y sobre todo tenemos a Max. Ahora mismo no estamos pensando en eso»— para acabar dejando la operación en un quizá: «Si se nos pone a tiro un delantero que nos mejore... Pero mercado y delantero suele ser una combinación complicada».

La mezcla acabó por cuajar y el técnico andaluz maneja ahora un amplio elenco que se ha apresurado a afinar. Llegaba Orest Lebedenko, acostumbrado al banquillo, y enseguida Kike Saverio, habituado (por lesión) a no jugar. Ambos han vivido una inmersión acelerada en su nuevo club, repitiendo titularidad. Junto a ellos, otros nueve futbolistas salieron de inicio en San Fernando y también ante el Mérida en Riazor. El míster, convencido de que aquellos conjuntos que más rotan «no son los que mejores resultados obtienen», ha perfilado de inmediato el papel que probablemente tendrá cada pieza del nuevo abanico. Uno más de su gusto, que manejará desde febrero hasta el final.

favorecer la continuidad

Los mismos once por tercera vez

Durante los 48 encuentros que dirigió en el Dépor, Borja Jiménez solo mantuvo el once en una ocasión. El 14 de mayo venció al Tudelano con los titulares que dos semanas antes (Extremadura mediante) habían derrotado a la UD Logroñés. En la siguiente jornada, Héctor entró por Aguirre en el lateral.

Cano eligió recibir al Mérida con los mismos de San Fernando; pero en su caso, repetir no supuso novedad: ya lo hizo frente al Fuenlabrada y el Córdoba, y también ante Unionistas y el Alcorcón. Como Borja, tampoco ha calcado propuesta en tres citas seguidas; ni lo hará en la visita al Sanse, para la que es baja Rubén Díez.

veteranos consolidados

Treintañeros en plazas clave

Aunque el míster ha reiterado que no es de los que piden carné para permitir el acceso al once, lo cierto es que lo están teniendo más fácil aquellos de mayor edad. La veteranía supone algo más que un grado y como muestra, el desigual pulso por el flanco derecho de la zaga. «Lo que sí tenemos claro es que disponemos de dos laterales de alto nivel, y uno de ellos ha jugado muchos partidos en Primera División. Esto no puede pasarnos desapercibido», razonó en su momento el entrenador. Antoñito por delante de Trilli; como Ian Mackay, Pablo Martínez o Lucas Pérez por delante de los demás. Un grupo de treintañeros de confianza en el que figuraba Raúl Carnero hasta que se lesionó y al que solo por cuestión de meses (cumple en agosto) no pertenece Rubén.

Junto a este grupo, Roberto Olabe y Alberto Quiles, que no alcanzan la edad, pero sí la experiencia de los veteranos.

identidad reforzada

El plus de la llegada de Lucas

A Diego Villares le falta el recorrido del que presumen otros y solo tiene 26, pero comparte estatus de referente. Entre otros factores, es cuestión de identidad.

Este Deportivo impermeable al Fabril ha encontrado otra vía para explotar la implicación propia de aquellos que sienten suyo el club. Los canteranos son de viejo cuño, y van de los repatriados a quienes han sufrido desde dentro el largo descalabro de la entidad coruñesa. El capitán figura entre estos últimos y, entre los primeros, el portador del brazalete cuando Álex Bergantiños no está (situación cada vez más frecuente). El tercero en el escalafón también ha vuelto, como Mackay, pero el equipo ya caía cuando Lucas Pérez se fue. Futbolistas con conexión directa con la grada, cuya presencia, no solo en el vestuario, sino también sobre el césped, tiene especial importancia en un entorno tan particular como el blanquiazul.

el rincón de los jóvenes

Plaza abierta en la esquina

Hay pues un portero fijo; y un lateral diestro y un central zurdo que también lo son. También dos centrocampistas, al menos, de titularidad casi asegurada; como la de Quiles o la del punta de Monelos. Queda en disputa la otra plaza en el eje de la zaga, la duda del carril que siempre ocupaba Raúl, y la variedad de alternativas para la medular. Pero no hay un punto del dibujo tan inestable como el de su esquina izquierda. El más volátil en función del adversario. Cano, según ha ido apuntando en sus comparecencias, dispondrá de Mario Soriano en partidos en los que interese un socio extra por dentro; de Saverio, para «cuando estemos defendiendo bajos» o se precise explotar espacios a espaldas del rival. Y si se trata de desbordar, «mano a mano», a oponentes encerrados, recurrirá (quizá ya sí) a Yeremay.

Con Max Svensson relegado a la condición de revulsivo, el ex del Atlético y dueño del 10 es ahora el único sub-23 que puede considerarse habitual en el once. El curso pasado, con Juergen Elitim y William de Camargo, el protagonismo de los más jóvenes fue mucho mayor.

Con Arturo se abre aún más el abanico

Arturo Rodríguez, el último en sumarse al proyecto, cumple con el requisito de la edad y la experiencia para entrar en el grupo de habituales con Cano. El técnico, además, ya le había buscado encaje en el sistema mucho antes de su incorporación. «A Lucas le podría beneficiar, porque su naturaleza es acercarse al juego y llegar a zona de remate de forma sorpresiva», señalaba hace ya 20 días el míster sobre la utilidad de un segundo punta en el frente de ataque del Dépor.

Opción que tendría impacto en otras zonas del campo, alterando el dibujo habitual. De momento, las modificaciones se habían limitado al empleo de un trivote en la medular, prescindiendo del enganche que solía formar al comienzo de esta campaña, y al uso de tres centrales frente al Rayo Majadahonda. El técnico solo había cargado el área en momentos muy puntuales y en fase defensiva era un centrocampista (habitualmente, Villares o Rubén) el que solía acompañar al único ariete en la presión alta. La doble punta sí se convirtió en habitual a mitad de la pasada campaña, cuando Borja se encomendó al «rock and roll» para resolver la escasez anotadora.

El delantero recién llegado, que estrenará convocatoria frente al Sanse, uno de los equipos en los que militó, reducirá los minutos de juego de Svensson, y muy probablemente los de Kuki Zalazar. Pero además encarecerá las plazas de mediocentro. Efecto colateral de ganar en variedad.