El Deportivo cumplió en su visita a El Prado con el objetivo principal; lo que demandaba la jornada. Logró imponerse por fin a domicilio y recortar puntos al Alcorcón, pese a acabar sufriendo como acostumbra cuando juega lejos de Riazor.
Consiguió lo mínimo exigible a un equipo que aspira al ascenso directo y lo hizo volviendo al estilo que más le beneficia. Huyendo del fútbol directo que empleó en exceso la pasada jornada en Matapiñonera y manteniendo la contundencia defensiva. Completó un primer tiempo que se podría firmar para cualquiera de los partidos que restan hasta el final salvo por el acierto arriba, que sigue escaseando.
Óscar Cano recurrió al que podría ser su once tipo en cuanto se resuelva la duda entre Jaime Sánchez y un Adrián Lapeña que mostró algunos titubeos en su retorno a la titularidad. También podría estar en el aire quién debe ocupar el lateral izquierdo, pero Orest Lebedenko aprovechó el viaje a Talavera para tomar ventaja. Consigue que el equipo no pase apuros por su costado sin balón y aunque quizá ofrezca algo menos de profundidad que Raúl Carnero, logró un gol que le sirve como aval. Ahora mismo solo hay motivos para darle continuidad.
En el centro del tridente atacante, los números de Lucas eran muy difíciles de sostener. La esperanza debería estar en que no se haya esfumado el gas y ese ritmo superior que aporta cualquier futbolista que llega desde Primera. De momento, sigue condicionando a las defensas rivales, atrayendo marcas en beneficio de sus compañeros. Entre ellos, de un Alberto Quiles que ha dado un pequeño paso atrás después de que le robaran el foco.
La mejor noticia, más allá de los tres puntos, estaría en que por tercer partido consecutivo se ha dejado la portería a cero y por ahí también pasa la posibilidad de llegar al objetivo. Siete puntos en ese tramo de tres citas complicadas, con dos a domicilio. Eso va más allá de la media inglesa
Enfrente había además un buen equipo, que da el nivel en la categoría. El Dépor logró solventar la salida de balón con un centrocampista incrustado entre centrales, fórmula que ya empleó en otras oportunidades y que ayuda a proyectar mucho a los laterales en ataque. Cuando partes desde un trivote, es un mecanismo muy útil frente a la presión alta, pero el equipo coruñés necesita ser inteligente y entender en que habrá situaciones que exijan golpear en largo. En El Prado arriesgó en exceso y lo pudo haber pagado.