
El delantero del próximo rival del Deportivo, que fichó en noviembre por el entonces colista, lleva 17 goles en 19 partidos
22 abr 2023 . Actualizado a las 18:45 h.Rodri Ríos nació en de Soria hace 32 años, pero siempre vivió en Sevilla. Pasó por la cantera del club de Nervión, con el que llegó a debutar en Primera, y el filial del Barcelona, antes de militar en la élite en las filas del Zaragoza, el Almería, el Valladolid, el Córdoba, la Cultural Leonesa, el Granada y el Oviedo. Ahora es el estandarte del Ceuta que, como mejor equipo de la segunda vuelta, amenaza a un Deportivo sin margen de error.
—¡Qué caprichoso es el gol, que un día está en su casa sin equipo y al siguiente goleando!
—Así funciona el delantero y el fútbol, porque la temporada pasada no metí ningún gol. Había llegado a la UD Logroñés en enero, pero el entrenador que me fichó, Mere, lo echaron tras el primer partido que tuve de titular. Fue una decisión errónea, porque todos los jugadores estábamos con él. Pusieron al del filial, y decidió darme pocos minutos, y es complicado marcar cuando no se juega. Son momentos, y ahora es uno muy bueno.
—¿Por qué esta temporada comenzó para usted a finales de noviembre?
—Fue por decisión propia, y ha sido una experiencia muy buena, porque no es porque no tuviera equipo. Cuando decides algo acarreas con las consecuencias.
—¿Le hacía falta pararse?
—Sienta bien, porque la vida nos lleva a un ritmo frenético, y a veces hace falta parar para recuperar esa ilusión y esas ganas. A mí me pasó, y ahora estoy muy contento.
—¿Cree que es la clave de su racha goleadora?
—Mi mujer es de León y el año que jugué en la Cultural vivimos en un pueblo que se llama Lugán, cerca de Cistierna. Y cuando estuve sin jugar después del Oviedo (en la primera vuelta del curso 2021-2022), que estuve seis meses sin equipo, nos fuimos para allí. Estaba genial, era para no moverme. Aquello es la montaña pura y dura, pero me gusta. Aquellos seis meses me vinieron de lujo. Tenía cosas, pero necesitaba un parón. Cansado no estaba, pero fue un parón mental por decisión propia y una decisión fue muy correcta. Ahora se está viendo que me sentó muy bien.
—Ya se tuvo que animar para aceptar la oferta de un Ceuta que sumaba 3 puntos.
—Está claro que fue un reto difícil de aceptar, pero yo me sentía un poco en deuda con ellos, porque en verano estuvimos hablando para venir, pero, como decidí hacer el parón, no lo cogí. Luego volvimos a hablar, porque el equipo no terminaba de arrancar y con el director deportivo tengo buena relación. Ahí encajó todo. Tenía otras cosas para firmar, mejores clasificatoriamente hablando, pero decidí esa, porque me gustan los retos difíciles. Hablé con un jugador, Carrasco, que ahora ya no está, que era el capitán, y me gustó lo que me dijo: que había buen grupo, una familia, pero los resultados no eran los que correspondían con el juego y los entrenamientos. Cuando vine, me di cuenta de que era así, que el equipo hacía muchas cosas bien, y estaba seguro de que tarde o temprano íbamos a salir de abajo.
—Pero ni en los mejores sueños pensarían en un despegue como este.
—Es cierto. En el Ceuta estamos haciendo algo heroico. Tenemos 37 puntos, pero terminamos la primera vuelta con 8, y la gente ya nos daba por desahuciados. Pero tenemos claro lo que debemos hacer, que era seguir la línea, corregir los errores, y reforzar lo bueno. Estamos recogiendo los frutos ahora, porque había mucho trabajo detrás.
—¿Qué supone para usted y el Ceuta jugar en este momento en Riazor?
—Ya he jugado allí alguna vez, y ese estadio es una pasada, la afición es increíble. En lo personal, son los partidos que gusta jugar, con ese ambiente y ese césped tan bueno. El equipo tiene claro también que son los partidos más bonitos. Cuando nos enfrentamos al Dépor en la primera vuelta hicimos un buen partido, pero le concedimos dos errores, nos hicieron dos goles, y luego fue difícil. Allí vamos a minimizarlos para intentar ponérselo difícil.
—Alguna vez sonó su nombre como fichaje del Dépor ¿fue una posibilidad real?
—Sí, algún año, cuando salí del Barcelona. Hubo entonces opciones de ir para ahí, y posteriormente también, pero no sé decir en qué año fue. Terminó la temporada, te cuentan las posibilidades que hay, y algún año fue esa, que hubiera sido guay, porque es un equipo histórico y un estadio en el que a todos les gustaría jugar.
—Les queda por jugar también contra el Castilla y el Celta B, ¿qué equipo va a lograr el ascenso directo?
—No veo mucho fútbol. Me gusta jugar, pero no ver partidos. Al Dépor lo sigo, porque tengo a Antoñito ahí, que es amigo y le deseo lo mejor, pero a partir del domingo. Ojalá que consigan el ascenso directo y el equipo vuelva a donde debe estar.
—¿Se conocen de Sevilla?
—No, de Córdoba, coincidimos allí e hicimos relación. En el parón que tuve estuvimos en su casa en Coruña. Es más bueno que el pan. Y en el campo se pega unas carreras... Es un pesao... (entre risas) Esta semana a ver si le entra cagalera y no corre tanto.