Los especialistas en medicina deportiva coinciden: «Las máscaras son incomodísimas, hay que adaptarse»

TORRE DE MARATHÓN

Alberto Quiles, antes de operarse de una doble fractura en la cara
Alberto Quiles, antes de operarse de una doble fractura en la cara CESAR QUIAN

Las lesiones de Alberto Quiles y Lucas Pérez obligarán a ambos a portar protecciones en la cara para compatibilizar su recuperación con la práctica deportiva

09 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La lesión de Lucas Pérez, menor respecto a la que acababa de sufrir su compañero Alberto Quiles, le obligará a usar una máscara para acortar al máximo los plazos de recuperación y retornar con seguridad a los terrenos de juego. José Luis López-Cedrún, responsable del servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Complejo Hospitalario de A Coruña (CHUAC) y expresidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello, recuerda que los huesos tardan alrededor de un mes en soldar correctamente, por lo que la recuperación del delantero ha de llevarse a cabo con sumo cuidado. «Habitualmente en estos casos no se fija con placas, sino que se le devuelve a su sitio y se deja ahí, pero, especialmente durante los primeros días, es algo muy delicado. Es más, nosotros habitualmente en las primeras horas tras estas operaciones hasta ponemos un esparadrapo al paciente en el pómulo que pone ‘no tocar' para que no se toquen, ni siquiera inconscientemente», relata.

En el caso de los deportistas de élite, las máscaras protectoras se convierten en obligatorias para combinar su proceso de recuperación con la práctica deportiva, pero los especialistas avisan: no hacen milagros. «Van a amortiguar un posible golpe, pero este te va a golpear igualmente en la zona afectada», recuerda el especialista en Medicina del Deporte y traumatólogo Javier Pombo, que habla desde su experiencia como médico deportivo.

«Cualquier cosa que te pongan delante de los ojos se hace extraña. La realidad es que, por muy ligeras o por mucho que se hagan a medida, acaban resultando incomodísimas, y los deportistas tienen siempre la sensación de encontrarse raros, de llevar un cuerpo extraño y medio se las acaban quitando», comenta Pombo, al tiempo que comprende las ganas de Lucas Pérez por seguir jugando, «pero la realidad es otra», matiza.

Y añade: «No es tan sencillo adaptarse a llevar una máscara, porque más que dificultar la visión, lo que cambia completamente es la percepción propia, las sensaciones,... Es incómoda. Y lo que está claro es que o te pones algo que sirva para protegerte, o no te pones nada, con el peligro que eso conlleva, claro...».