El canterano del Deportivo se estrenó en esa plaza con el cadete San Tirso que entrenaba Rubén Domínguez; el actual técnico del Ourense CF repasa aquella campaña
07 oct 2023 . Actualizado a las 23:12 h.La revelación se produjo en Villestro, cuando el campo de la parroquia santiaguesa ni siquiera se llamaba Suso Conde (carismático hombre de fútbol que fallecería un año después). Se medían los cadetes del Conxo y el San Tirso, y el técnico visitante Rubén Domínguez detectó un problema que urgía solucionar: «Nuestros jugadores eran de primer año, recién llegados de infantiles, y nos enfrentábamos a rivales mucho más formados físicamente; si encima los laterales se iban muy altos, nos veíamos defendiendo en inferioridad».
Apagó el pequeño incendio recurriendo al autor del tanto del empate para el nuevo equipo asociado del Deportivo. Dani Barcia hizo el 1-1 de penalti, en su condición de habitual lanzador. Cuando volvió a marcar, tres jornadas más tarde, en la goleada al Dumbría (10-2), ya se movía por el carril.
Allí actuó el resto de la temporada, como recordó el miércoles en sala de prensa. «Hubo un momento en la cantera en el que pude jugar todo el año de lateral, así que no es un puesto irreconocible. Si juego, puedo cumplir perfectamente. Fue hace bastante y siempre se queda algo», compartió aludiendo a aquella campaña 2017-2018 en la que su equipo, recién ascendido a Liga Gallega, sorprendió con otro salto: subió a División de Honor. 91 puntos, solo una derrota; 26 dianas en contra, 124 a favor.
Tras el registro, nombres como los de Brais Suárez, Jairo Noriega, Hugo Novoa o Noel. También los de un par de deportivistas que empezaron a ser versátiles a esa edad. «Barcia era el mejor central de la categoría, con una gran salida de balón y el mayor potencial para ser futbolista profesional, junto a Trilli», sostiene Rubén Domínguez, hoy al frente del Ourense CF invicto en Segunda Federación. Al primero lo trasladó a un costado y al segundo lo empleó varias veces en el eje de la zaga. Decisiones que «en el club no gustaron mucho», pero dotaron de nuevos registros a los dos.
Al equipo le permitía «montar una salida de tres desde atrás, con ese lateral bajo». Por delante, «siempre había un extremo abierto: Axel [Lim], [Hugo] Novoa, o [Hugo] Padín. Así que tener a Barcia a su espalda nos garantizaba estabilidad». Escolta de la que se benefició David Mella en Espiñedo, liquidando al Arenteiro en el último amistoso de pretemporada, y con la que volvió a contar en Fuenlabrada, donde debutó en Liga el lateral de emergencia de Imanol Idiakez.
«El míster me pidió que hiciera lo que Balenziaga. Lo que sé. Bien en defensa y aportar lo necesario en ataque», resumió Barcia, acerca de las exigencias del entrenador. Nada nuevo. Quien fue su técnico en San Tirso, asegura que el canterano «tiene condiciones para actuar ahí, o como central zurdo en una línea de tres o de cuatro. Lo veo incluso como un buen pivote». Todo se andará.