La injusta roja a Pablo Martínez abrió un partido en el que el colegiado volvió a perjudicar al Deportivo cuando dio validez al 1-0 pese al claro fuera de juego local
15 oct 2023 . Actualizado a las 23:02 h.En este inicio de temporada en que el Deportivo pone un circo y le crecen los enanos, los arbitrajes le están perjudicando con saña. No hay injusticia más feroz que la que se comete en las jugadas de semáforo ámbar. Al equipo de Idiakez, que sigue sin nada más que una victoria en su casillero, no paran de castigarle en acciones superfluas, de las que no se reflejarían en ningún resumen de partido, pero que le otorgan todo el protagonismo al único que no juega de colores: el día del Teruel había sido una patadita de Lucas Pérez en el mediocampo; el domingo en El Toralín ocurrió el arranque de un contragolpe de Pablo Martínez en el balcón del área propia. Y todas las miradas confluyen en el que nunca debe salir en los titulares, pero acaba protagonizando el partido de primera en un fin de semana sin jornada de la máxima categoría. El caso es que allá corría con el balón el defensa francés, todo decisión y bravura, tras el rechace de un saque de esquina local, quizá con la única misión de alejarse de Mackay, cuando pisó el balón y se precipitó al suelo a los pies de Brais Abelenda, que trataba de frenarlo, pero acabaron chocándose los dos.
De tan nervioso que estaba, Pozueta Rodríguez se sacó la tarjeta roja del bolsillo y se puso a agitarla con los dos jugadores aún tirados en el césped. El desconcierto siguió mientras Hugo Rama trataba de tranquilizarlo y el colegiado gesticulaba con la cartulina en alto mientras miraba a la banda para dar entrada a las asistencias. Pero su decisión estaba tomada. Así lo reflejó en el acta al término del partido: «Pablo Martínez fue expulsado por derribar a un adversario en la disputa del balón, con el pie en forma de plancha, con uso de fuerza excesiva». La roja no solo dejará al Dépor sin el francés el próximo sábado en la visita al Sabadell, sino que, a su vuelta, el futbolista seguirá apercibido de una nueva suspensión, pues continuará con las cuatro tarjetas amarillas que ya tenía.
El lance no fue el único en que el árbitro dejó de ser imparcial. El gol local llegó en flagrante fuera de juego, pues Brais Abelenda está más adelantado que el último defensa deportivista cuando remató a la red. Sin posibilidad de revisión en el campo, la televisión mostraba el sonrojante arbitraje que no paraba de castigar a su equipo. Fue otro arbitraje para ponerse colorado.