El Dépor es un rodillo

TORRE DE MARATHÓN

LOF

26 feb 2024 . Actualizado a las 20:18 h.

Como de costumbre, cuando tengo un hueco entre papeleo, juzgado, llamadas y cafés, los lunes me acomodo para poder plasmar en dos mil cuatrocientos caracteres la sensación que me deja el Dépor, el Fabril, o el deporte gallego en general. No es fácil, y tras un primer borrador de ideas a modo de brainstorming intento pulir sin que suene negativo, o peyorativo lo que quiero transmitir. Una vez tengo el boceto lo puntúo, reviso alguna expresión para que no suene muy pailana, y le mando mi columna a Xurxo o a Pedro, generalmente acompañada de un «pásame el pdf de la columna de la semana anterior» para guardarlas todos y conservar un compendio de aduanadas cuando estas lleguen a su fin.

También me gusta, después de los partidos, entrar en X y leeros a todos los que puedo, qué impresión ha dejado el partido y sacar conclusiones. Así que muchas de las palabras que incorporo a mi columna de opinión son fruto de parafrasear lo que leo y me gusta.

El domingo, como de costumbre, para defender la tradición, leí algo que encaja a la perfección en lo que en estos dos mil cuatrocientos caracteres quería expresar. Pero en este caso quien lo hizo empleó menos de doscientos con mucho criterio y rigor, tanto táctico como técnico. El autor, Iago Iglesias; y dice así: «Solo hay un enemigo para el Dépor ahora mismo, las lesiones. Es muy difícil defender tanto potencial por banda y por dentro. Eso sí, la alternativa baja el nivel y la búsqueda de soluciones ya sabemos que cuesta. El Dépor es ahora mismo un rodillo.».

Nada más que añadir.

Por otro lado, Barbero. Un nueve referencia, dominador en juego aéreo, pero con un gran apetito de gol dentro del área, bien orientado siempre para atacar las zonas de remate y con la tranquilidad de un punta de cuarenta años. Inconmensurable actuación la del delantero frente a su exequipo.

Fernando Soriano confió en él en el mercado de verano, le colgó el 9 en la espalda y el chaval no ha dejado de responder con goles, trabajo y una gran rehabilitación de una muy complicada operación de sutura de menisco. La conclusión a la que llego, resultadista sí, pero como todo lo que concierne al fútbol, es que el trabajo de la dirección del club a la hora de escoger a este jugador y perfil ha sido de diez. Arriesgando, porque lo fácil era traerse a un veterano de guerra con nombre y un bagaje goleador en categorías superiores. Chapó.