El anterior, Gigi Rivero, se jugó la titularidad con Canet en la temporada 1978-1980; después, solo Sheda tuvo una efímera aparición en el 2014 por la lesión de Malián
13 nov 2024 . Actualizado a las 08:11 h.El 17 de marzo de 1979, el Liceo ascendía a la máxima categoría del hockey sobre patines español con un portero coruñés bajo los palos. Se trataba de Pipo Romeu. Un año después, otro herculino defendía la meta y se turnaba con Canet, meta catalán que solo venía a Galicia a jugar algunos partidos y disputaba los de su tierra. En ese momento, un veterano Gigi Rivero le discutía la titularidad. Casi medio siglo después, otro coruñés está en disposición de disputar un puesto bajo los palos en el cinco inicial a un foráneo. Se trata de Martín Rodríguez Garaboa, el cancerbero por el que apostó Juan Copa en sus dos últimos encuentros (Igualada y Sant Just) en detrimento de Martí Serra. Entre Rivero y Rodríguez, solo otro coruñés, Álvaro Sheda, pudo disfrutar de una pequeña continuidad de un mes en el otoño del 2014 cuando se lesionó Malián. Pero el Liceo fichó pronto a Grimalt para tan determinante puesto. Hubo sitio para Gelasio, Galmán o Taibo, pero ninguno tuvo el protagonismo de primer portero en ningún momento. Siempre hubo un foráneo que les impidió triunfar en casa. Canet, Pepe Llonch, Huelves, Canalda, Alex Camps, Jordi López, Malián, Carles Grau... La nómina de cancerberos de fuera de Galicia es extensa hasta la reciente irrupción de Martín Rodríguez.
Ahora, el de O Birloque y Serra se juegan cada semana quién será el titular. Los dos últimos partidos se inclinó la balanza hacia el gallego, que aun cuando en su debut encajó cinco goles —«tres eran evitables», confiesa—, el domingo contra el Sant Just no recibió ninguno. De momento, la pugna está ahí y a Juan Copa le toca decidir por dos número uno
«Lo importante es que entre los dos hay una sintonía perfecta. Ninguno se conforma con ser segundo, pero tampoco hay mal rollo», explica el herculino. Prueba del buen entendimiento se comprobó el domingo, cuando el Liceo fue castigado con una falta directa. Antes de que la ejecutara Pujalte, los dos Martín, el coruñés y el de Voltregá se miraron y, automáticamente, ya sabían que había que hacer cambio. Salió Serra y la paró.
Madurez tras jugar en Francia
A Rodríguez Garaboa, esta oportunidad le llega en un momento de plena madurez. Con treinta años y después de haber pasado dos en Francia, en los que dio el paso de ser suplente a titular. Ha aprendido a ser un número 1 y camina de la mano de un entrenador que lo conoce desde que era infantil: «Recuerdo que me llevó a un entrenamiento con el equipo júnior en el que estaban Luis Querido, Edu Lamas y Antonio Pérez, entre otros. Y, al año siguiente, llegó el proyecto del Cerceda y me fui para allí. Ambos nos entendemos muy bien», explica mientras relata que, cuando el Liceo le ofreció regresar esta temporada, fue claro con su técnico: «Le dije que venía a trabajar, que sabía que había un gran portero, pero que volvía con la idea de que se lo tuviera que pensar cada jornada si poner a uno o a otro». Por el momento, lo está consiguiendo.
Quizá por ese conocimiento no le temblaron las piernas cuando hace dos jornadas su entrenador le dijo que iba a jugar: «Es que estoy preparado cada partido. No le di más vueltas, salí a la cancha y me concentré». Sabe que no hizo el partido de su vida y con esa honradez se confesó ante su técnico, pero este volvió a darle confianza una semana después. Un detalle que a él tampoco le hace albergar seguridad alguna de que siempre será así: «Decir que soy titular es mentir. Sigo siendo igual que hace tres jornadas, un portero que trabaja duro durante la semana para que el día del partido el técnico apueste por él. Si sigue sucediendo trataré de seguir creciendo, si esto cambia, apoyaré a Martí desde fuera, como él hizo conmigo estos días».
Con naturalidad y tranquilidad. Así afronta su nuevo estatus Martín Rodríguez Garaboa el hombre que recoge el testigo de Gigi Rivero medio siglo después.
Esta noche, en la cancha del Alpicat (20.00 horas, OK Liga TV), Copa tendrá que volver a deshojar la margarita entre Serra y el coruñés. Pero este ya sabe que es uno más y no el eterno suplente.