En el Deportivo, todo empieza en la cabeza

Jesús López

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

11 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol es un juego de piernas, pero también de cabeza. No solo en el sentido táctico, sino en el emocional. Hace unas semanas hablábamos del ruido que rodea a un jugador cuando el mercado se abre y las ofertas empiezan a llegar. Yeremay lo vivió en primera persona y, con una sinceridad poco habitual en el mundo del fútbol, reconoció que la situación le afectó hasta el punto de dejar de sentirse él mismo. Lo más importante es lo que hizo después: pidió ayuda.

A veces, en el deporte (y en la vida), seguimos arrastrando la idea de que la fortaleza es aguantar en silencio, que un futbolista debe lidiar solo con la presión. Pero Yeremay hizo justo lo contrario: buscó apoyo y eso le permitió reencontrarse con su mejor versión en el campo. Su testimonio es un recordatorio de que la salud mental también se entrena, que no es un lujo ni un signo de debilidad, sino una necesidad para rendir al máximo nivel.

Mientras Yeremay ha aprendido a gestionar su situación, el Dépor ha demostrado que la marcha de su capitán no ha dejado un barco a la deriva. Sin Lucas Pérez, el equipo ha encadenado dos victorias, navega en aguas tranquilas y ha encontrado nuevas referencias en el vestuario. Es lo que pasa cuando un grupo asimila el golpe y entiende que el liderazgo no es solo cuestión de nombres, sino de actitudes.

Y en medio de todo esto, Zakaria. Debutar como titular con tu nuevo equipo y marcar en quince minutos es la mejor carta de presentación posible ante tu afición. Un gol que no solo vale tres puntos, sino que sirve para desbloquear esa presión inevitable que siente un delantero cuando llega a un nuevo club. A veces, lo más difícil en el fútbol es encajar en un sitio. Marcar tan pronto le dará confianza, y a la afición, la sensación de que el equipo sigue teniendo un nueve en quién confiar.

Yeremay apagó el ruido, el equipo encontró su rumbo y Zakaría ha llegado con la puntería afinada. En el fútbol, como en la vida, todo empieza en la cabeza.