
El Dépor ambiciona el ascenso mientras apuntala la zaga en una categoría en la que subieron seis de los últimos siete porteros menos batidos
05 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En Segunda División hay un dato que va íntimamente ligado al relato del ascenso. Es el de la trascendencia de disponer del portero menos goleado para dar el salto de categoría. Aunque el que gana el partido sea el equipo que más goles marca, con el paso de las jornadas aquel que encaja menos se acaba llevando el premio gordo en un campeonato tan igualado y competitivo como este.
Así lo está entendiendo el Deportivo en su construcción del nuevo proyecto, que ha comenzado por la retaguardia. El análisis de la última temporada, que finalizó con 54 goles recibidos (solo el Córdoba, el Albacete y el Almería encajaron más entre los catorce equipos que le superaron en la clasificación), llevó al club a no renovar los contratos de dos de sus centrales (Pablo Martínez y Jaime), así como a poner en el escaparate al que más minutos había jugado (Pablo Vázquez).
«Después de una temporada discreta para todos, para Pablo, para el resto del equipo, sobre todo para mí, debemos intentar mejorar. Le he dicho que hay que dar un paso más hacia delante, que tenemos que exigirnos todos un poco más», explicó en referencia a Vázquez el director de fútbol, Fernando Soriano, durante la presentación de Antonio Hidalgo como nuevo entrenador. Tampoco es casual que, más allá del retorno de Jairo, los primeros fichajes sean dos centrales: Lucas Noubi y Arnau Comas.
Seis de siete
Un repaso a los trofeos Zamora de Segunda División permite comprobar que casi todos los últimos ganadores del guante de plata también se llevaron la alegría a la que todos los futbolistas aspiran desde la primera jornada de liga: acabar subiendo. Así ha ocurrido en las cinco últimas temporadas. Desde que el gallego Diego López ascendió con el Espanyol en el 2021, le han seguido Fernando (Almería), Raúl Fernández (Granada), Diego Conde (Leganés) y, esta última campaña, Dituro bajo los palos del Elche. Todos dieron el salto a Primera División.
En los siete últimos cursos solo Munir, aquel portero internacional marroquí del Málaga, se quedó sin el premio de promocionar junto a su equipo. No obstante, él sí que jugó a la siguiente campaña en la máxima categoría como fichaje de un equipo turco.
El mejor registro de la Liga que acabó en el 2025 fue el de Dituro, que encajó 33 goles en 38 partidos para poner los cimientos del Elche que goleó en Riazor. Diego Conde fue campeón con el Leganés gracias a los apenas 26 que recibió en 39 jornadas. En el Granada del curso 2022-2023 Raúl Fernández apenas encajó 19 en 29 partidos. En el Almería 2021-2022 Fernando no tuvo que recoger la pelota más que 33 veces de su portería en 41 encuentros. Y Diego López levantó un muro con apenas 25 tantos en 40 partidos para el Espanyol 2020-2021. Todos llevaron a sus equipos al ascenso a Primera División.
Mientras la importancia de contar con el mejor portero y la mejor retaguardia de la categoría conquistan casi siempre el ansiado empujón a la división superior, no se puede decir lo mismo del pichichi. Al menos no en la misma proporción. Cuatro de los máximos goleadores de las siete últimas temporadas no ascendieron con sus equipos. El reciente caso de Luis Suárez, que pese a que marcó 27 goles se quedó en el camino con su Almería, también fue el de Borja Bastón, autor de 22 goles en el Oviedo 2021-2022, así como los de Stuani, que rozó la treintena en el Girona de la campaña 2019-2020 y Álvaro Giménez, que antes de llegar al Racing de Ferrol, donde jugó esta última campaña, marcó 20 en el Almería que no subió en el 2019.
La reconocida necesidad del Deportivo de hallar un artillero no tendrá sentido sin esa mejoría defensiva que se busca. Reunir ambas condiciones cerraría el círculo capaz de plasmar en el campo la ambición del ascenso.