Un Dépor de pies de barro y puño de hierro

TORRE DE MARATHÓN

LOF

Incapaz de ganar duelos y falto de contundencia en área propia, consiguió que la cita se resolviera en la ajena, imponiendo su temible frente de ataque

02 sep 2025 . Actualizado a las 01:02 h.

Estrenar septiembre con un partido al filo de la medianoche del lunes. Por si fuera poco castigo, en Butarque le añadieron un toque sádico: el duelo se mezcló con el descuento del mercado de fichajes. Doble lamento en cada error: por su consecuencia en la cita y por la duda inesperada en torno a un plantel que ya no tendrá remiendo. El Deportivo ha multiplicado indiscutiblemente sus recursos en torno al área rival; tres jornadas después, aún debe probar no haberlos perdido en la propia.

Alimentó el debate de inmediato. Sacó Naim hacia Cisse y Soriano se interpuso cuando el centrocampista del Lega quiso devolver la bola. Duelo ganado. Un camelo. Porque la pelota retornó al pasador, que eligió jugarse en largo el nuevo intento. Duk cortó entre Escudero y Barcia, desafiando el fuera de juego para encarar a Parreño. Aguantó el meta, pero solo aplazó otro segundo, hasta el once, el tanto más rápido de lo que va de campaña. Cuatro compañeros rodeaban al portero; todos, a distancia insalvable de Miguel de la Fuente.

La multitud no amparó a los coruñeses. Ejecutar la propuesta híbrida de Antonio Hidalgo exige coordinación y contundencia. La primera virtud se adquiere con el tiempo; la segunda, se tiene o no se tiene. Duk, por ejemplo, cuenta con ella. El portugués se mantuvo en pie hasta encontrar el gol en la serie de ocho rechaces que sucedieron a un saque de esquina y precedieron al 2-0. 71 % de duelos perdidos por el Dépor antes del descanso. 30 de 42 hasta el cambio de tercio.

El míster no vio futuro en la trinchera y decidió salir a campo abierto. Constantemente derrotado en el cuerpo a cuerpo, apostó por futbolistas alérgicos a las refriegas. Coló, eso sí, a Ximo Navarro en el grupo, para que la misión de equilibrar el encuentro no fuera suicida por completo.

Al aparatoso Zakaria lo suplió con Mulattieri. El neerlandés descubre adversarios nuevos con cada toque de pelota; el italiano tiende a evitarlos, y si se le arriman mucho, cae fulminado en zona de penalti. El nuevo goza, además, de una nariz portentosa. Ella sola desencadenó la remontada.

Gragera y Villares, especialistas en contención de una medular porosa, fueron reemplazados por Stoichkov y Patiño. Ninguno de estos relevos fue trascendente por si solo, pero propagaron una idea. Como Luismi Cruz, cuando sentó a Escudero. David Mella y Yeremay pasaron a compartir la banda izquierda. Con el equipo volcado, de la suma de canteranos solo podía salir algo bueno: una asistencia y un tanto desde los once metros. Diana inaugural del curso de este canario que se queda. Extraordinario referente del músculo blanquiazul en el mercado. Falta que esa fuerza acompañe también en el verde.