El equipo coruñés, que abrió su mejor racha en la primera ronda del torneo del k.o., aspira a recuperar contra el Mallorca su sentido coral del juego
15 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Deportivo pretende que la Copa vuelva a reencontrarlo con la versión más competitiva de su fútbol. Ahora mismo, al cabo de dos derrotas consecutivas en Liga y media docena de goles recogidos de su propia portería, los blanquiazules aspiran a volver a cocinar una receta ya sabida para salir del bucle negativo en el que se encuentra y dar un imprescindible estirón a su fútbol.
Ya recorrió esta evolución que ahora se le requiere. A finales de octubre, cuando venía de sumar tan solo tres puntos de quince posibles, abrió su participación en el torneo del k.?o. con una goleada que mostró un camino en el que podía no ser el equipo brillante con el que Riazor sueña, pero sí sumamente efectivo. El camino hacia esta mejor versión de los blanquiazules se fraguó desde una solidez defensiva a prueba de bombas y la puntería de sus mejores jugadores ante la meta rival. Ambas virtudes, nada sencillas de conseguir en una categoría tan igualada como la Segunda División, le permitieron engordar su casillero de puntos.
Todo había comenzado con la Copa, como tiene la opción de volver a hacer ahora. El Sámano, de Segunda Federación, comenzó a sufrir la tormenta perfecta de un Dépor que, contando aquella primera, enlazó siete victorias consecutivas. Fue el primer adversario que vio de lo que era capaz este Dépor cuando protagonizaba una versión coral y los aplausos premiaban el carácter colectivo de un equipo con todas las letras.
El espíritu de Loureiro, la madurez de Barcia, el derroche de Villares, la vuelta de José Ángel, la concentración de Germán Parreño,... hace solo un suspiro que la temporada blanquiazul se escribía desde titulares que ponían en valor el carácter combativo de un Deportivo con el que todos querían medir sus fuerzas en Segunda División, pues sobre todo se convertía en el baremo competitivo y de ambición a alcanzar. Solo desde este sentido coral del fútbol brillaba más que nunca el talento de los que siempre están disponibles, como Yeremay y Mella, pero también surgía el protagonismo de otros, como Zakaria, Quagliata y Mulattieri para construir un conjunto que solo sabía ganar.
Antes de las dos actuales derrotas seguidas, el equipo entrenado por Antonio Hidalgo había conquistado siete triunfos consecutivos, de los que cinco llegaron en Liga, basados también en un aprovechamiento máximo de la plantilla confeccionada el pasado verano, al igual que de esa cantera cuyo desarrollo forma uno de los pilares estratégicos del club. En el mejor momento del Dépor, destacó la plantilla al completo. En ese período de competición llegaron las oportunidades con que siempre soñaron Pablo García, Fabi, Samu, Bil Nsongo y Damián Canedo, pero también dio vuelo a jóvenes como Rubén López, Eric Puerto y Charlie Patiño, y hasta permitió reivindicarse a veteranos, como Stoichkov y Cristian Herrera, que estaban pasando de puntillas por la temporada.
El momento actual, con los dieciseisavos de final de Copa contra el Mallorca en ciernes (mañana, 19.00 horas, Movistar+), vuelve a concernir a todos y convocarlos para levantar al Deportivo antes de que las vacaciones echen el telón a la primera parte de la campaña. Solo quedará tras este la visita al Andorra (sábado, 14.00 horas, LaLiga TV Hypermotion) para que los blanquiazules concluyan el 2025 como lo que son: el bloque serio y capaz que reclama por derecho propio el rol de importante de la categoría estos primeros meses de Liga, así como aquel que por sensaciones jugará su rol en el período decisivo del calendario. La Copa vuelve a tener la llave para obrar una nueva transformación en este Deportivo.