Arturo Patiño: «Un gol en Primera hubiese cambiado mi vida»

HEMEROTECA

El coruñés Arturo Patiño, que jugó 4 partidos con el Dépor en la máxima categoría, tiene 45 años y trabaja en una web de póker.
El coruñés Arturo Patiño, que jugó 4 partidos con el Dépor en la máxima categoría, tiene 45 años y trabaja en una web de póker. paco rodríguez< / span>

El exjugador jugó cuatro partidos de Liga y tres de Copa con el Dépor

20 sep 2015 . Actualizado a las 12:52 h.

Charlamos en la terraza de la cafetería Preludio de Santa Cruz. Está nublado, aunque a veces sale el sol, como en la vida de un deportista. «Recuerdo la jugada como si fuese hoy. El lateral del Osasuna la cedió hacia Roberto y la intercepté. Me debería haber ido al centro, pero el portero me aguantó y me limpió el balón. En aquel partido fui titular en Riazor y si hubiese marcado... Un gol en Primera hubiese cambiado mi vida», recuerda como si fuese hoy (sucedió en la temporada 91-92) Arturo Luis Patiño Cozar. Jugó 4 partidos de Liga y 3 de copa con el Dépor y nunca marcó en Primera. «Soy el delantero con menos goles de la historia del Deportivo, aunque con el Fabril marcaría unos cien. Hice poco en el Dépor, pero puse mi granito de arena para seguir en Primera. Aún me siguen saludando por la calle y confieso que me gusta que la gente me reconozca». Guarda todas sus actuaciones en cintas VHS y los recortes de sus apariciones en prensa. Es locuaz. Dedica más de diez minutos a ¿resumir? su vida deportiva. Pide un agua. «Hay que empezar a bajar los kilos del verano», apunta. Tiene 45 años y vive con su pareja, que es madre de dos hijos.

En los Salesianos

Toda su familia es de Monte Alto. Cuando Arturo tenía 4 años se fueron a Valencia por el trabajo de su padre. A los 9 falleció su madre y se volvieron a un piso de la ronda de Outeiro. «Estudié en los Salesianos y jugué en el Orillamar, por eso todo el mundo me sitúa en Monte Alto, aunque nunca viví allí», destaca. Fue en este colegio donde entró en contacto con el balón. Me habla de sus entrenadores, de las pachangas en la Torre, de su llegada al Dépor de juveniles... «Era más extremo que delantero porque tenía poco cuerpo, pero con 12 años tuve hepatitis y estuve tres meses en la cama. Engordé, me hice más fuerte, y empecé a jugar de nueve», recuerda el rudo ariete. Lugo, Las Palmas, Figueres... Volvió a Galicia, al Endesa de 2.ª B. «Marqué 28 goles y de nuevo me llegaron ofertas. Me fui al Granada, pero solo estuve seis meses». Después Ourense, donde marcó el gol que evitó el descenso, y Pontevedra fueron sus siguientes destinos. «Un buen día me di cuenta de que me costaba ir a entrenar. Aprobé el acceso a la Universidad y dejé el fútbol por Ciencias de la Información». Meses después todavía tuvo otra aventura futbolística en el Vilalbés. Ahora juega al fútbol sala y va a ver los encuentros de los sobrinos. «Siempre tuve claro que no iba a estar de chándal toda la vida, aunque quizá me hubiese gustado hacer algo con niños».

El póker y los amigos

Vive en Santa Cruz y apenas pisa A Coruña. Cuando baja no fallan las visitas a El Real y a La Casiña. «Donde me encuentro con gente buena. Soy muy amigo de mis amigos y sigo en contacto con los compañeros de Salesianos de cuando tenía 9 años». Dice que esa es su principal virtud. ¿Y un defecto? «Soy un pelín vago para todo». Trabajó en distintos medios y ahora es redactor de póker en una web especializada. «Es lo mismo que con el fútbol, pero contando partidas y noticias relacionadas con este juego y las competiciones que se celebran. Está muy bien», explica Arturo que, por ejemplo, estuvo en el campeonato del mundo de Las Vegas. «Juego de vez en cuando, pero cinco euritos nada más», confiesa este delantero de raza que admira a Villa y a Luis Suárez. «Lo tiene todo».